Un nuevo método en Siberia, que consiste en dar golpes en los glúteos con una rama de sauce, es utilizado para quienes sufren adicciones debido a que las "nalgadas" provocan la liberación de endorfinas, más conocidas como "hormonas de la felicidad".
Un sorprendente método
mediante la aplicación de golpes con ramas de sauce en la cola como
parte de un tratamiento psicológico para curar adicciones y hasta
estados depresivos está dando muy buenos resultados en Siberia, donde
miles de pacientes ya han dado cuenta de sus efectos positivos.
"No es un actividad sadomasoquista", aclaró a "The Siberian Times" la psiquiatra Marina Chukhrova, y agregó que golpear a personas en los glúteos tiene "un claro y definitivo propósito médico".
Según la especialista, este método es muy indicado para pacientes que no responden a otros tratamientos y explicó que la forma en que actúa es muy sencilla: devuelve la felicidad a las personas que la han perdido. La hipótesis detrás de la terapia sostiene que los adictos sufren de falta de endorfinas, también conocidas como "hormonas de la felicidad", y que el dolor que provoca el castigo corporal estimula al cerebro a liberarlas, haciendo que los pacientes se sientan más felices.
"Los golpes contrarrestan la falta de entusiasmo por la vida que a menudo está detrás de las adicciones, las tendencias suicidas y los desórdenes psicosomáticos", afirma el psicólogo German Pilipenko, quien trabaja con el método junto a Chukhrova.
Pero este insólito sistema fue creado por Sergei Speransky, director de Estudios Biológicos del Instituto de Medicina de Novosibirsk, quien admitió que lo probó para tratar su propia depresión. "Funcionó para mí. No soy sádico, al menos en el sentido clásico, pero sí defiendo los golpes", señaló el profesional.
Antes de cada sesión de golpes, los pacientes reciben primero asesoría psicológica y al terminar son sometidos a un electrocardiograma para verificar que el tratamiento no les esté causando algún inesperado problema cardíaco. Los adictos a las drogas deben soportar 60 golpes, mientras que para las terapias contra otras adicciones (alcohol, sexo, etc.) el número de golpes se reduce a la mitad.
Una gran cantidad de pacientes que se sometieron al método aseguraron que a pesar de que con cada golpe se siente mucho dolor y es muy incómodo, una vez que se recibieron todos se dan cuenta de que realmente les sirvió.
Por su parte, quienes lo realizan aseguran que golpear a los pacientes no tiene como objetivo humillarlos, aunque sí los golpes los dejan bastante doloridos.
Marina Chukhrova explicó a "The Siberian Times" que la única zona del cuerpo que se golpea en el tratamiento son los glúteos, y que para ello utilizan una rama de sauce, porque es flexible, no se rompe y no provoca heridas. "La experiencia nos muestra que (los glúteos) es una buena zona reflexógena, que puede ser usada para transformar las señales de dolor en una actividad positiva para el organismo humano", sostuvo la psiquiatra.
Cada sesión de golpes cuesta unos 60 mil pesos, y se realizan dos por semana durante tres meses. Chukhrova afirma que aunque no hay reglas establecidas, los tratamientos de hombres los llevan a cabo mujeres y viceversa. "Si algún paciente siente placer sexual por los golpes, nos detenemos de inmediato", enfatizó.
"Una gran cantidad de enfermedades psicosomáticas se pueden tratar con esté rápido y dinámico método. Recibimos a muchos pacientes aburridos con sí mismos y con el mundo, débiles, apáticos, tristes y cansados. Los ayudamos a cambiar la forma en que reaccionan al estrés y a superar cualquier situación preocupante que se les presente en el futuro", argumentó Pilipenko .
"No es un actividad sadomasoquista", aclaró a "The Siberian Times" la psiquiatra Marina Chukhrova, y agregó que golpear a personas en los glúteos tiene "un claro y definitivo propósito médico".
Según la especialista, este método es muy indicado para pacientes que no responden a otros tratamientos y explicó que la forma en que actúa es muy sencilla: devuelve la felicidad a las personas que la han perdido. La hipótesis detrás de la terapia sostiene que los adictos sufren de falta de endorfinas, también conocidas como "hormonas de la felicidad", y que el dolor que provoca el castigo corporal estimula al cerebro a liberarlas, haciendo que los pacientes se sientan más felices.
"Los golpes contrarrestan la falta de entusiasmo por la vida que a menudo está detrás de las adicciones, las tendencias suicidas y los desórdenes psicosomáticos", afirma el psicólogo German Pilipenko, quien trabaja con el método junto a Chukhrova.
Pero este insólito sistema fue creado por Sergei Speransky, director de Estudios Biológicos del Instituto de Medicina de Novosibirsk, quien admitió que lo probó para tratar su propia depresión. "Funcionó para mí. No soy sádico, al menos en el sentido clásico, pero sí defiendo los golpes", señaló el profesional.
Antes de cada sesión de golpes, los pacientes reciben primero asesoría psicológica y al terminar son sometidos a un electrocardiograma para verificar que el tratamiento no les esté causando algún inesperado problema cardíaco. Los adictos a las drogas deben soportar 60 golpes, mientras que para las terapias contra otras adicciones (alcohol, sexo, etc.) el número de golpes se reduce a la mitad.
Una gran cantidad de pacientes que se sometieron al método aseguraron que a pesar de que con cada golpe se siente mucho dolor y es muy incómodo, una vez que se recibieron todos se dan cuenta de que realmente les sirvió.
Por su parte, quienes lo realizan aseguran que golpear a los pacientes no tiene como objetivo humillarlos, aunque sí los golpes los dejan bastante doloridos.
Marina Chukhrova explicó a "The Siberian Times" que la única zona del cuerpo que se golpea en el tratamiento son los glúteos, y que para ello utilizan una rama de sauce, porque es flexible, no se rompe y no provoca heridas. "La experiencia nos muestra que (los glúteos) es una buena zona reflexógena, que puede ser usada para transformar las señales de dolor en una actividad positiva para el organismo humano", sostuvo la psiquiatra.
Cada sesión de golpes cuesta unos 60 mil pesos, y se realizan dos por semana durante tres meses. Chukhrova afirma que aunque no hay reglas establecidas, los tratamientos de hombres los llevan a cabo mujeres y viceversa. "Si algún paciente siente placer sexual por los golpes, nos detenemos de inmediato", enfatizó.
"Una gran cantidad de enfermedades psicosomáticas se pueden tratar con esté rápido y dinámico método. Recibimos a muchos pacientes aburridos con sí mismos y con el mundo, débiles, apáticos, tristes y cansados. Los ayudamos a cambiar la forma en que reaccionan al estrés y a superar cualquier situación preocupante que se les presente en el futuro", argumentó Pilipenko .