Así lo dispuso la Justicia de la ciudad india de Chennai, que otorgó el divorcio a un hombre que denunció a su esposa por negarle relaciones sexuales. El triubnal consideró que esa actidud "podría causar más daño que el daño físico”.
Si una mujer casada se niega a
consumir su matrimonio para los de Chennai, es una crueldad mental que
provoca más daño que el físico.
Que la esposa se niegue a “cooperar” por un largo tiempo, sin razones poderosas, es una crueldad mental, por lo que al esposo se le concede el divorcio según aprobó la Corte Suprema de Chennai.
Savitha y Keshav, una pareja locamente enamorada, contrajo nupcias en abril de 2005. Ambos se fueron a vivir a Londres, pero a los ocho meses regresaron a Chennai, el amor se les había acabado. Keshav tuvo que volver solo a Londres porque su mujer se negó a acompañarlo.
En el 2008, Keshav decidió que quería separarse así que se trasladó al tribunal alegando que cuando Savitha estaba con él en Londres se volvió loca e histérica agravando la situación porque se negaba a sostener relaciones sexuales. No obstante, la mujer se defendió diciendo que no cooperaba porque su marido quería hijos a los dos años de matrimonio pidiendo así a la corte “restaurar los derechos conyugales”, petición que el tribunal desestimó y en cambio concedió el divorcio.
“No está interesada en el matrimonio y durante la luna de miel en Escocia estuvo de mal humor, sin emociones y anormalmente tranquila", fue el argumento con el que Keshav convenció al tribunal quien lo apoyo con las palabras: "Aun suponiendo que él no quería tener hijos después de dos años, no significaba que no podían tener relaciones sexuales, pudieron usar anticonceptivos”.
Fue entonces cuando la Corte Suprema dictaminó que la "Crueldad mental podría causar más daño que el daño físico”.
Keshav obtuvo su divorcio. Savitha inconforme quiere pensión alimenticia.
Que la esposa se niegue a “cooperar” por un largo tiempo, sin razones poderosas, es una crueldad mental, por lo que al esposo se le concede el divorcio según aprobó la Corte Suprema de Chennai.
Savitha y Keshav, una pareja locamente enamorada, contrajo nupcias en abril de 2005. Ambos se fueron a vivir a Londres, pero a los ocho meses regresaron a Chennai, el amor se les había acabado. Keshav tuvo que volver solo a Londres porque su mujer se negó a acompañarlo.
En el 2008, Keshav decidió que quería separarse así que se trasladó al tribunal alegando que cuando Savitha estaba con él en Londres se volvió loca e histérica agravando la situación porque se negaba a sostener relaciones sexuales. No obstante, la mujer se defendió diciendo que no cooperaba porque su marido quería hijos a los dos años de matrimonio pidiendo así a la corte “restaurar los derechos conyugales”, petición que el tribunal desestimó y en cambio concedió el divorcio.
“No está interesada en el matrimonio y durante la luna de miel en Escocia estuvo de mal humor, sin emociones y anormalmente tranquila", fue el argumento con el que Keshav convenció al tribunal quien lo apoyo con las palabras: "Aun suponiendo que él no quería tener hijos después de dos años, no significaba que no podían tener relaciones sexuales, pudieron usar anticonceptivos”.
Fue entonces cuando la Corte Suprema dictaminó que la "Crueldad mental podría causar más daño que el daño físico”.
Keshav obtuvo su divorcio. Savitha inconforme quiere pensión alimenticia.