El Museo Arqueológico de Córdoba (MAECO) tiene entre sus piezas una
escultura del dios Attis, también escrito como Atis, un dios griego
adoptado de los frigios (Frigia era una antigua región de la actual
Turquía) y que a su vez también era venerado por los romanos. Esa
estatua fue localizada en el término de nuestro pueblo.
En tiempos de Vlia fue cuando llegó la devoción de este dios, que
probablemente no os suene de nada, pero seguro que su amante sí, la
conocida diosa Cibeles.
El mito de Attis se pierde en el tiempo con múltiples variantes: una
cuenta que Cibeles no solo era su amante, sino su propia madre y que
sorprendió a Attis siéndole infiel con una ninfa. Tras ello Attis se
autocastró muriendo desangrado. Otras solo lo vinculan con la diosa
pero no especifíca que fuese su madre y cuentan que un jabalí fue el que
le dió muerte.
Dibujos que representan a Cibeles y Attis |
En todas las versiones, posteriormente resucitaría al llegar la
primavera en forma de pino ya que era un semi-dios y por tanto, no podía
fallecer por siempre. Por tanto, el culto de Attis lleva un ciclo de
muerte-resurrección la primera en torno al inicio del otoño y la segunda
con el inicio de la primavera, a mediados de marzo. Su castración se
asociaba a los sacerdotes que veneraban a Cibeles, los cuales eran
eunucos, es decir, también estaban castrados.
El Attis que apareció en el término de nuestro pueblo es una escultura
de mármol blanco de algo más de medio metro. Presenta una actitud
pensativa y va vestido como un esclavo con túnica corta ceñida a
la cintura y gorro frigio. La pierna izquierda está cruzada sobre la
derecha que es la que soporta el peso del cuerpo. Presenta el brazo
izquierdo cruzado sobre el abdomen y, por la posición, la perdida mano
derecha debía señalar con el dedo índice los labios en actitud de
imponer silencio.
La estatua no tiene ni cabeza, ni brazo derecho ni piernas y existen
algunas estatuas parecidas halladas en lugares cercanos como en la
ciudad sevillana de Carmona, que guardan la misma posición, o en lugares
más cercanos aún: en Lucena, donde si está documentado que apareció en
una villa romana, siendo una escultura de menor tamaño que la de Fernán
Núñez y en la famosa villa romana de El Ruedo de Almedinilla, donde se
cree que pudo estar en el centro de un estanque.
Escultura de Attis en su antigua ubicación |
En la bibliografía de nuestro pueblo no he encontrado ni rastro de ella,
quizás proceda de algunas de las importantes villas halladas en Hazas
de la Villa, Mudapelo o Valdeconejos. Al
parecer, según la memoria del párroco Antonio Moreno durante la
excavación de Valdeconejos fueron hallados muros, pinturas murales,
bajorrelieves de terracota, ánforas, vasos de alabastro, fuentes de
mármol y estatuas.
Si nos quedamos con estas dos últimas, fuente y estatua, coincide con las hipótesis de la villa de Almedinilla: una estatua de Attis en una fuente o estanque en el patio de la vivienda.
Pues no lo sabemos y quizás no lo sepamos nunca, pero si esperemos que alguna vez, al menos una réplica del dios se encuentre en nuestro pueblo para conocer como fue la vida de los primeros habitantes de nuestras tierras y a quién lanzaban sus deseos y súplicas.
Otras vistas de la estatua |
Si nos quedamos con estas dos últimas, fuente y estatua, coincide con las hipótesis de la villa de Almedinilla: una estatua de Attis en una fuente o estanque en el patio de la vivienda.
¿Sería esta la procedencia de la estatua fernannuñense?
Pues no lo sabemos y quizás no lo sepamos nunca, pero si esperemos que alguna vez, al menos una réplica del dios se encuentre en nuestro pueblo para conocer como fue la vida de los primeros habitantes de nuestras tierras y a quién lanzaban sus deseos y súplicas.
· Información editada procedente de:
- MAECO
- MAECO
· Fotografías del MAECO de Silvia Muñoz Jiménez