Creo
yo que Dios, sabiendo que mi predisposición a la indisciplina iba a
resultar un obstáculo serio en su propósito de hacerme escritor, tuvo a
bien enfermarme a los doce años. Fiebres reumáticas. Año y medio de
riguroso reposo. Penicilina y Cortisona a cubos. Es lo que había en el
74.
Mis tías, por temor a verme morir de aburrimiento antes que de fiebres, me arrimaban todas las lecturas que encontraban a mano. Las que entonces había. Sin orden ni concierto, conforme las recogían por calles, quioscos, vecinos y biblioteca del pueblo: desde la hoja parroquial hasta los clásicos latinos, pasando por Marcial Lafuente Estefanía, vidas de santos, El Caso y tebeos de cualquier pelaje. No daban abasto arrimando lo que fuera.
Las metas nunca son fáciles, ni siquiera para Dios, y el compuesto de fiebres, letras desiguales y dolores de huesos, al cabo terminaron engendrando a un escritor disidente, de tercera o cuarta fila, pero escritor al cabo, con muchos premios y ningún libro en el mercado. Espero que Dios no se sienta fracasado, porque yo no me siento, demasiado bien salió el experimento.
Así las cosas, resulta complicado encontrar los diez títulos esenciales que me proponen mis amigos Manuel Portana, Pat Zap y Carolina Nieto Rodríguez. He rebuscado en la trastienda de mi memoria y he hallado estos, pero son muchos más, de tiempos remotos y actuales. Y como es obligado tender esta emboscada a otros amigos, se la tiendo, si tienen a bien caer en ella, a Pedro Gómez, Ana Zafra Caramé, Ana Ferrazzano, Danube Sonne, Luis Alonso, Calamanda Agueda Martínez García, Alejandro López Andrada, Marcos Lopez Cabeza, Fernando Parrilla Zapata y Lorenzo Soler Artajona, y de paso a todo lector que sienta la tentación. Ahí van algunos de mis títulos:
1.- La Biblia.
2.- Cien años de Soledad. (Gabriel García Márquez)
3.- Sinuhé el Egipcio. (Mika Waltari)
4.- Robinson Crusoe. (Daniel Defoe)
5.- Juan Salvador Gaviota. (Richard Bach)
6.- Pedro Páramo. (Juan Rulfo)
7.- La Guerra de Yugurta. (Cayo Salustio Crispo)
8.- Dioses, tumbas y sabios. (C.W.Ceram)
9.- Poesías completas. (Antonio Machado)
10.- Platero y yo. (Juan Ramón Jiménez)
Nota-reto: Poner título a la novela de tu vida. La mía se titularía: “Dos pistolas para Billy el Manco”.
Mis tías, por temor a verme morir de aburrimiento antes que de fiebres, me arrimaban todas las lecturas que encontraban a mano. Las que entonces había. Sin orden ni concierto, conforme las recogían por calles, quioscos, vecinos y biblioteca del pueblo: desde la hoja parroquial hasta los clásicos latinos, pasando por Marcial Lafuente Estefanía, vidas de santos, El Caso y tebeos de cualquier pelaje. No daban abasto arrimando lo que fuera.
Las metas nunca son fáciles, ni siquiera para Dios, y el compuesto de fiebres, letras desiguales y dolores de huesos, al cabo terminaron engendrando a un escritor disidente, de tercera o cuarta fila, pero escritor al cabo, con muchos premios y ningún libro en el mercado. Espero que Dios no se sienta fracasado, porque yo no me siento, demasiado bien salió el experimento.
Así las cosas, resulta complicado encontrar los diez títulos esenciales que me proponen mis amigos Manuel Portana, Pat Zap y Carolina Nieto Rodríguez. He rebuscado en la trastienda de mi memoria y he hallado estos, pero son muchos más, de tiempos remotos y actuales. Y como es obligado tender esta emboscada a otros amigos, se la tiendo, si tienen a bien caer en ella, a Pedro Gómez, Ana Zafra Caramé, Ana Ferrazzano, Danube Sonne, Luis Alonso, Calamanda Agueda Martínez García, Alejandro López Andrada, Marcos Lopez Cabeza, Fernando Parrilla Zapata y Lorenzo Soler Artajona, y de paso a todo lector que sienta la tentación. Ahí van algunos de mis títulos:
1.- La Biblia.
2.- Cien años de Soledad. (Gabriel García Márquez)
3.- Sinuhé el Egipcio. (Mika Waltari)
4.- Robinson Crusoe. (Daniel Defoe)
5.- Juan Salvador Gaviota. (Richard Bach)
6.- Pedro Páramo. (Juan Rulfo)
7.- La Guerra de Yugurta. (Cayo Salustio Crispo)
8.- Dioses, tumbas y sabios. (C.W.Ceram)
9.- Poesías completas. (Antonio Machado)
10.- Platero y yo. (Juan Ramón Jiménez)
Nota-reto: Poner título a la novela de tu vida. La mía se titularía: “Dos pistolas para Billy el Manco”.
