Los alimentos ricos en almidón, como las
patatas, los cereales o el café, cocinados a temperaturas superiores a
los 120 °C generan una reacción química que origina productos tóxicos
que aceleran el envejecimiento, según la Academia Nacional de Farmacia
de Francia.
Las partes quemadas de las patatas fritas y horneadas, así como del pan tostado, las galletas, el pan blanco y el café, contienen acrilamida, un compuesto que se ha probado cancerígeno y neurotóxico en células animales, aunque no en seres humanos.
Un reciente estudio estadounidense sobre hombres y animales muestra que esos productos pueden provocar en el ser humano problemas de memoria similares a las que causa el mal de Alzheimer. A partir de esa investigación, el equipo de Boulanger ha establecido que existe un vínculo entre esos productos y el envejecimiento vascular, que causa mayor rigidez en las arterias e hipertensión.
Para evitar consecuencias negativas, los investigadores franceses recomiendan cocinar los alimentos con agua, vapor o en el microondas, frente al asado o a una preparación a la parrilla.