Si tienes que almorzar en el parking de tu empresa porque no tienes comedor, sales a las tantas y jamás hueles una hora extra o tus últimas vacaciones fueron en un sueño, posiblemente tengas motivos más que sobrados para odiar a tus jefes. Pero si crees que tus superiores te tratan mal, qué no harán estas otras víctimas de estos indignantes atropellos patronales que se dan en el mercado laboral, que fueron despedidos por regalar un tranchete, estar todo buena o tirarse pedos, entre otros motivos más o menos peregrinos.
10. Despedido por regalar una loncha de queso
La empleada: Una trabajadora anónima de un “MacJob”.
El patrón: Un restaurante McDonald’s en Holanda.
El motivo: Regalar una loncha de queso a un compañero de trabajo, que pagó religiosamente su hamburguesa pero no el tranchete de regalo.
La tropelía: El tribunal holandés que llevó el caso dictaminó, con toda lógica, que “El despido fue una medida muy severa. Sólo era una loncha de queso“, y condenó a pagar a la ex empleada 4.200 euros de indemnización.
9. “Des-pedido” por exceso de ventosidades
El empleado: Daniel Cambridge, almacenero inglés.
El patrón: La empresa británica Water Stones.
El motivo: Cambridge fue “des-pedido” por sus ventosidades. Sus compañeros presentaron 35 quejas contra él en dos días.
La tropelía: Daniel sufría flatulencia porque estaba siendo tratado con un medicamento, el antidrepresivo Citalopram, uno de cuyos incómodos efectos secundarios son los gases.
8. Despedida por estar demasiado buena
Imagen: Carrie Schecheter, Village Voice.
La empleada: Debrahlee Lorenzana
El patrón: La oficina central de Citigroup en Nueva York.
El motivo: Vestir demasiado sexy, según la empresa, a tenor de las protestas de sus compañeros de trabajo.
La tropelía: La empresa prohibió a Lorenzana llevar vestidos ajustados e incluso pintarse, porque distraía al resto del personal. Peor aún, la despedida se enteró más tarde de que fue contratada precisamente por su belleza física, con la intención de captar clientes para el banco.
7. Despedido por hostiarse en un camión sin frenos
Imagen: Hugo Fernández, 20 Minutos.
El empleado: Leonardo Escobar, camionero
El patrón: Trans Number, empresa de transportes en las Islas Baleares.
El motivo: Leonardo estuvo a punto de morir en un accidente con el camión y recibió la notificación de despido en el hospital, horas después del accidente.
La tropelía: La empresa asegura que el camionero iba deprisa para salir antes, pero tanto Escobar como sus compañeros sostienen que habitualmente circulan sin frenos traseros con la connivencia de la empresa.
6. Despedido por cantar en un grupo de Death Metal
El profe y dos alumnas, en la orla de clase.
El empleado: Thomas Gurrath, profesor de filosofía.
El patrón: Escuela secundaria de Stuttgart, Alemania.
El motivo: En sus ratos libres Gurrath se convertía en La Bestia Sangrienta, el cantante/personaje que lideraba la banda de death metal Debauchery.
La tropelía: “Resulta preocupante pensar que el mismo individuo que componía esas canciones estaba enseñando a nuestros hijos”, dicen los padres. Pero, que se sepa, Thomas actuaba como profesor en la escuela y como Bestia Sangrienta en los escenarios, no al revés.
5. Despedido por “robar” 2 céntimos de electricidad para el Segway
El empleado: Oliver Beel, 19 años en la empresa, hora y media “robando” vatios.
El patrón: Una empresa informática alemana.
El motivo: “Robar” a la empresa 1,8 céntimos de electricidad para el Segway.
La tropelía: Todo quiste carga su móvil en el trabajo. Vale que un Segway “canta” más pero…¡eran dos céntimos!
4. Despedidas por fotografiar con el móvil los rayos X de un paciente con un juguete sexual atorado en el recto
Las empleadas: Dos enfermeras de Wisconsin, USA.
El patrón: La empresa que gestiona el hospital donde trabajaban, el Mercy Medical Center de Walworth.
El motivo: Tomar fotografías de los rayos X de un paciente con su teléfono móvil con la intención de publicarlas en facebook .
La tropelía: Realmente las enfermeras nunca publicaron ninguna foto, simplemente hicieron un comentario jocoso en sus caralibros personales sobre el acontecido; o por lo menos la Policía nunca encontró a nadie que viera la imagen de la discordia. Aún así, fueron despedidas.
3. Despedida por impuntualidad al estar en coma.
La empleada: Sandra Tejero, pescadera de Barcelona.
El patrón: El Punt del Peix, una cadena de tiendas de venta de pescado minorista con sede en la localidad de Palau Solità i Plegamans.
El motivo: El artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores, que cita como motivo para echar a un empleado las faltas injustificadas de asistencia al puesto de trabajo.
La tropelía: Sandra sufrió un accidente de moto que la dejó en coma durante tres meses. Durante ese tiempo la empresa recibió las bajas de la trabajadora cada semana. Aunque sus jefes estaba debidamente informados, no dudaron en mandarle la carta de despido por “faltar repetidamente al trabajo e impuntualidad”.
2. Despedida por enseñar sus pechos nuevos a las compañeras de oficina.
La empleada: Una trabajadora recién operada y orgullosa de sus pechos.
El patrón: El grupo de medios de comunicación Condé Nast, que abarca revistas como ‘GQ’, ’Vogue’ y ‘Glamour’ y que basan sus portadas en mujeres de curvas turgentes.
El motivo: Encerrarse en su despacho, abrirse la blusa y enseñar sus pechos recién puestos a unas compañeras (y amigas) para que le diesen su opinión.
La tropelía: Los comentarios sobre el resultado fueron tan positivos que pasaron al despacho de al lado y un compañero se chivó a Recursos Humanos. A los dos días recibió la carta de despido en base a una “información adicional” que no lograron especificar.
1. Despedidas por recoger comida que iba a tirarse a la basura
Imagen: Santi Cogolludo para El Mundo.
El empleado: Varias empleadas del Mercadona de Donosti de los Reyes.
El patrón: Mercadona, empresa ejemplar.
El motivo: “Robar” comida de la basura que, según la empresa, causó pérdidas económicas por valor de medio millón de euros.
La tropelía: El supuesto “robo”, según el sindicato CNT, era en realidad la pretensión de repartir entre los pobres la mercancía que iba a tirar el supermercado. Delito de lesa majestad, por tanto.
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Con información del Old Strambotic, Futuretech y los diarios enlazados en el texto
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