Ir al baño es una necesidad natural, una señal de que el organismo necesita deshacerse de lo que ya no sirve.
Como mujer, a veces es complicado responder al llamado de la naturaleza
cuando sentimos ganas de orinar. Situaciones diversas sobran, entre
ellas la falta de sanitarios o baños limpios.
Además, desde niñas nos instruyen en la gran
cantidad de infecciones que podemos adquirir en los inodoros fuera de
nuestras casas y, por lo tanto, muchas veces nos aguantamos hasta llegar
a un lugar limpio que nos brinde confianza.
Infección de orina: llevar
mucho tiempo aguantando la orina puede provocar una infección bacteriana
que afecte al tracto urinario debido a los gérmenes que se han quedado
en la orina. La infección podría extenderse hasta los riñones y provocar
incluso algunas enfermedades como las siguientes:
Cálculos en los riñones: si
eres propensa a los cálculos renales y aguantas las ganas de orinar
puedes empeorar esta situación ya que es más difícil que las pequeñas
piedrecitas que se forman sean expulsadas.
Cistitis: se da en mujeres
principalmente ya que al aguantar la orina las paredes de la vejiga se
inflaman y producen cistitis. Los síntomas pueden ser: dolor al orinar y
hacerlo en cantidades mínimas, más visitas al baño, dolor pélvico.
Ensanchamiento de la vejiga:
la vejiga está preparada para aguantar una capacidad. Si bebes 8 vasos
de agua al día, tu vejiga solo puede almacenar una cuarta parte, por lo
que si aguantas demasiado podrías provocar que se ensanche