Con sus guantes de pelea de color azul, botines, bata de boxeo y lentes oscuros, el cuerpo del asesinado pugilista puertorriqueño Christopher Rivera Amaro fue velado el viernes, de pie, en un escenario con forma de cuadrilátero.
"Para mí no hay nada raro en eso", dijo Elsie Rodríguez, vicepresidenta de la funeraria Marín, que organizó el velatorio temático realizado en el centro comunal del residencial público donde Rivera Amaro se crió en San Juan, Puerto Rico.
El cadáver del boxeador de 23 años permaneció poco menos de 24 horas de pie en una esquina del cuadrilátero de color rojo con cadenas blancas, que simulaban las cuerdas del ring, en cuyo centro se ubicaba encendida una única vela. Detrás del cuerpo del púgil, cortinas blancas y rojas rememoraban las barras de la bandera puertorriqueña.
Los asistentes al funeral ofrecían sus respetos a Rivera Amaro desde abajo del ring.
Rodríguez explicó que Rivera Amaro había pedido a sus familiares que, en caso de morir, en su funeral se hiciera referencia a su carrera pugilista, en la que participó en peleas internacionales en la categoría de 130 libras. Tuvo marca de cinco victorias, 15 derrotas y un empate.
"La familia nos pidió hacer referencia al boxeo y nosotros sugerimos todos los detalles, como el ring", indicó Rodríguez, cuya funeraria ya ha realizado desde 2008 cinco funerales temáticos o no convencionales.
"Recrear el ring nos llevó varias horas, pero todo los demás es normal", aseguró Rodríguez, aunque reconoció que embalsamar el cuerpo para que permanezca de pie requiere un poco más de tiempo del acostumbrado.
El velorio del pugilista, asesinado la madrugada del 26 de enero, es el quinto funeral temático que realiza la funeraria. Un hombre fue velado encima de una motocicleta.