El jugador cordobés está brillando en el lateral derecho desde que
abandonara el puesto de extremo. Quini es un fijo en el once de Díaz.
PABLO PÉREZ | 08/01/14 -
La temporada pasada, el Real Madrid Castilla incorporaba a un extremo
procedente del Lucena de la Segunda División B. Ese atacante no era
otro que el ahora lateral, Quini. Al cordobés le llegaba su gran
oportunidad a los 23 años, sin embargo, el curso pasado no fue del todo
bueno. Y es que, en la zona ofensiva, los Jesé, Cheryshev o Lucas le
cerraban el paso.
Sin embargo, esta temporada todo ha cambiado. El trabajo que ya realizaba con Toril para ser una alternativa en lateral desde la temporada pasada, ha dado por fin sus frutos. Ahora, Quini, totalmente adaptado a su nueva posición, se ha convertido en un jugador insustituible en el primer filial madridista.
Sin oportunidades en el comienzo
Sin embargo, para llegar a esta situación, Quini tuvo que pasar por dificultades no solo la pasada temporada, sino también en el inicio del presente curso. Y es que, el exjugador del Lucena apenas contó para Toril. Así pues, hasta la jornada 12, el lateral tan solo disputó 149 minutos repartidos en tres encuentros -19 frente al Sporting, los 90 ante el Zaragoza y 40 en A Coruña. Pero todo cambiaría en el partido contra el Alavés.
En aquel encuentro, Toril, que estaba todavía a los mandos del Castilla, apostó por Quini en el el lateral con el objetivo de dar a los blancos mayor profundidad y presencia en ataque. Y salió bien. El filial venció y el jugador andaluz cuajó una notable actuación que le valió para continuar en el once frente al Eibar, donde la humillación sufrida por los castillistas costó el puesto a Toril.
Fijo para Díaz
Y pese a que el técnico cordobés había sido su gran valedor en su reconversión al lateral, Quini mantuvo su puesto con Díaz, que prefirió apostar por Llorente en el centro de la zaga, dejando así el costado para el ex del Lucena. Un costado que ha ocupado Quini todos y cada uno de los partidos desde que José Manuel Díaz asumiera las riendas del Real Madrid Castilla.
Una confianza que ha sido devuelta, y con creces, al técnico madrileño. Y es que, la temporada que está cuajando Quini roza el sobresaliente. Siempre intenso y con ganas, se está mostrando más que seguro en defensa, donde apenas ha fallado, y muy certero en posiciones ofensivas, donde se incorpora con asiduidad, sacando su vena de extremo y combinando a las mil maravillas con Lucas.
De los mejores frente al Sabadell
Algo que volvería a refrendar en el último encuentro, en el que fue de los mejores. Quini, que apenas sufrió en las tareas defensivas, rozaría el gol en hasta tres ocasiones, sin embargo, en ninguna de ellas la fortuna terminó de acompañarle. En las dos primeras, el lateral cruzaría en exceso el balón tras quedarse prácticamente solo ante un Nauzet que le sacaría un sobresaliente golpeó en los minutos finales evitando así el empate castillista.
En definitiva, un jugador que, a base de esfuerzo y trabajo, se ha ganado un puesto en el Real Madrid Castilla, donde ya es todo un fijo e indiscutible para un Manolo Díaz con el que ha jugado todos los minutos.
Sin embargo, esta temporada todo ha cambiado. El trabajo que ya realizaba con Toril para ser una alternativa en lateral desde la temporada pasada, ha dado por fin sus frutos. Ahora, Quini, totalmente adaptado a su nueva posición, se ha convertido en un jugador insustituible en el primer filial madridista.
Sin oportunidades en el comienzo
Sin embargo, para llegar a esta situación, Quini tuvo que pasar por dificultades no solo la pasada temporada, sino también en el inicio del presente curso. Y es que, el exjugador del Lucena apenas contó para Toril. Así pues, hasta la jornada 12, el lateral tan solo disputó 149 minutos repartidos en tres encuentros -19 frente al Sporting, los 90 ante el Zaragoza y 40 en A Coruña. Pero todo cambiaría en el partido contra el Alavés.
En aquel encuentro, Toril, que estaba todavía a los mandos del Castilla, apostó por Quini en el el lateral con el objetivo de dar a los blancos mayor profundidad y presencia en ataque. Y salió bien. El filial venció y el jugador andaluz cuajó una notable actuación que le valió para continuar en el once frente al Eibar, donde la humillación sufrida por los castillistas costó el puesto a Toril.
Fijo para Díaz
Y pese a que el técnico cordobés había sido su gran valedor en su reconversión al lateral, Quini mantuvo su puesto con Díaz, que prefirió apostar por Llorente en el centro de la zaga, dejando así el costado para el ex del Lucena. Un costado que ha ocupado Quini todos y cada uno de los partidos desde que José Manuel Díaz asumiera las riendas del Real Madrid Castilla.
Una confianza que ha sido devuelta, y con creces, al técnico madrileño. Y es que, la temporada que está cuajando Quini roza el sobresaliente. Siempre intenso y con ganas, se está mostrando más que seguro en defensa, donde apenas ha fallado, y muy certero en posiciones ofensivas, donde se incorpora con asiduidad, sacando su vena de extremo y combinando a las mil maravillas con Lucas.
De los mejores frente al Sabadell
Algo que volvería a refrendar en el último encuentro, en el que fue de los mejores. Quini, que apenas sufrió en las tareas defensivas, rozaría el gol en hasta tres ocasiones, sin embargo, en ninguna de ellas la fortuna terminó de acompañarle. En las dos primeras, el lateral cruzaría en exceso el balón tras quedarse prácticamente solo ante un Nauzet que le sacaría un sobresaliente golpeó en los minutos finales evitando así el empate castillista.
En definitiva, un jugador que, a base de esfuerzo y trabajo, se ha ganado un puesto en el Real Madrid Castilla, donde ya es todo un fijo e indiscutible para un Manolo Díaz con el que ha jugado todos los minutos.
