La hija
La hija del «rey del ladrillo», famoso en la Roma de los años 70, ha sido denunciada por esconder al fisco un tesoro inmobiliario de más de 2.000 millones de euros
Era propietaria de 1.243 casas, incluidos tres hoteles, sobre todo a Roma.
Una ciudad en la ciudad, invisible a los controles del fisco, al que ha
«escondido» más de 2.000 millones de euros, un tesoro repartido en
numerosas cuentas en el extranjero. Por esto, Angiola Armellini, de 50 años, heredera de una célebre familia de empresarios romanos, ha sido denunciada por la Guardia de Finanzas, junto a otras 11 personas, con la acusación de asociación para delinquir con la finalidad de evasión fiscal.
Angiola Armellini es muy conocida en amplios sectores de la
sociedad italiana. Fue compañera de un destacado político
democristiano, Bruno Tabacci, y por su actividad en sus tres hoteles romanos recibió el premio «Excelent».
Hija del «rey del ladrillo»
Angiola Armellini es hija de Renato, considerado un «rey del ladrillo» en la Roma de los años 70. En el culmen de su esplendor, ocupó la página de sucesos en 1980, al ser secuestrado por la «ndrangheta»,
la mafia calabresa, pagando un rescate supermillonario. En el culmen de
su esplendor económico, Renato Armellini tenía un imperio inmobiliario,
con 3.600 apartamentos y 130 empresas.
Pero este imponente tesoro despertaba la envidia y el
apetito de muchos, incluida la criminalidad organizada. La ‘ndrangueta
lo secuestró cuando estaba en su despacho, y lo retuvo siete meses en
duras condiciones, hasta que pagó un rescate supermillonario. Después acabó en la cárcel y con diversos problemas judiciales, en los que también se vio implicada su hija Angiola.
Mujer de armas tomar
Ahora se vuelve a hablar de los Armellini, una familia de
duros, con una vida entre secuestros, lujos y prisiones, una saga en la
que destaca de forma especial Angiola, una mujer de armas tomar. Evitó
el secuestro con el padre reaccionando contra los bandidos, cuando tenía
apenas 16 años. Después se vio implicada en diversas causas judiciales,
algunas junto al padre, por fraude fiscal. También junto a su exmarido
en un proceso por bancarrota fraudulenta.
Lujoso ático en Roma
La investigación promovida por la fiscalía de Roma ha
descubierto que Angiola Armellini era de hecho la administradora de una
articulada estructura de sociedades para evadir y esconder la realidad
al fisco, y con disponibilidades de ingentes capitales en paraísos
fiscales o países con una fiscalidad privilegiada, como Bahamas, Nueva Zelanda, Luxemburgo, Suiza y Mónaco.
«Falsa pobre», sin pagar un euro
Angiola Armellini controlaba su imperio desde un lujoso
apartamento, ático y súper ático, en el centro de Roma, que figuraba a
nombre de una sociedad luxemburguesa y no estaba ni siquiera clasificado
como vivienda.
En definitiva, Angiola Armellina era una «falsa pobre»: no le «pesaban» las 1.243 casas que tiene porque no pagaba ni un euro a Hacienda.