Prisión atestada de San Quintín, California.
Los reclusos de la prisión californiana de Fremont pueden optar a una celda individual y con pantalla de plasma por el módico precio de 155 dólares (110 euros) la noche, el precio de un hotel de 3 estrellas en aquel Estado. La comparación con un hotel no es baladí: el sistema penitenciario estadounidense es un gigantesco negocio cuya única diferencia con la hostelería es que sus clientes no vienen por gusto sino por obligación. A cambio, pasan temporadas mucho más largas que el clásico turista de 7 días, 6 noches. El negocio es redondo.
A continuación, un listado que demuestra la progresiva incursión del mercado en las relaciones sociales, algunos extraídos del libro ‘Lo que el dinero no puede comprar. Los límites morales del mercado’ del profesor Michael J .Sandell, al que hemos añadido varios ejemplos carpetovetónicos.
Conseguir el teléfono móvil de tu médico
Precio: De 1.000 a 20.000 euros
El sueño húmedo de cualquier hipocondríaco: tener el número privado de tu médico para transmitirle tus síntomas a cualquier hora del día o de la noche. Eso no es gratis, claro: muchos galenos de EEUU están vendiendo su accesibilidad por entre 1.500 y 25.000 dólares al año. Privatiza, que algo queda.
Tatuarse la cara con logos de empresas
Precio: de 300 a 10.000 dólares
La tragicómica historia de Billy Gibby comienza cuando se tatuó el logo de un casino online en la espalda por 10.000 dólares. Con aquella operación empezó a vender su piel a los anunciantes (y su alma al diablo), en una espiral descendente que le llevó a pedir cada vez menos por el espacio en su rostro: entre 300 y los 800 dólares que le dio BuzzFeed por plantar su logo en la mejilla. Su tragedia es doble: no tiene más espacio publicitario vacante en su cara y, por esos mismos tatúes, no encuentra trabajo, así que busca desesperadamente 4.000 dólares para poder borrarse aquel desperfecto. En su momento parecía una buena idea.
Cazar un rinoceronte negro en peligro de extinción
Precio: 100.000 euros
El gobierno sudafricano concede derechos de caza de rinocerontes en peligro en extinción como “medida proteccionista”. ¿El motivo? Los terratenientes de rinocerontes encuentran un fuerte incentivo en criar y cuidar a los animales, y los potentados y monarcas, valga la redundancia, pueden darse el sádico gusto de abatir un majestuoso ejemplar por 100.000 euros, que no es dinero.
Obtener la nacionalidad española
Precio: 160.000 euros
O, más exactamente, una vivienda por ese precio. Es todo lo que necesita un aspirante al pasaporte español: comprar una casa por un precio de 160.000 euros o superior, según la reforma de la Ley de Extranjería llevada a cabo por el Gobierno del Partido Popular el año pasado. España mata así dos pájaros de un tiro: abre la puerta a millonarios rusos y chinos y ayuda a que se reduzca el gigantesco stock inmobiliario en la Costa del Sol y alrededores.
Comprar un riñón
Precio: Desde 1.000 euros
Se puede vivir con uno solo de los dos riñones que traemos de serie, así que la venta de uno de los riñones “sobrantes” se ha convertido en una de las más tristes oportunidades de negocio de los más pobres del planeta, convertidos en piezas de recambio para los más pudientes. El impactante documental ‘Organ Market’, de Sally Gutiérrez, relata cómo padres de familia de las barriadas más pobres de Manila venden un riñón al mejor postor (unos 1.200 euros) para poder comer.
Infografía: Cooking Ideas.
Comprar el seguro médico de un enfermo
Precio: En función de la salud del asegurado
¡Excelente oportunidad de inversión en moribundos! Cada vez está más en boga el negocio de comprar el seguro de vida de una persona enferma, pagar sus primas anuales mientras viva y obtener los beneficios cuando muera. Esta mórbida quiniela fúnebre consistente en apostar sobre la vida de un extraño mueve la friolera de 30.000 millones de dólares en Estados Unidos, según cuenta Sandel en su libro.
Acceso al carril rápido si viajas solo
Precio: 8 dólares al mes
Al carril VAO de la carretera de La Coruña en Madrid sólo acceden coches con dos personas o más. Gratis, al menos de momento, hasta que el gobierno regional se dé cuenta del chollo de imitar a ciudades como Houston o Minneapolis, que cobran una pequeña cantidad al mes a aquellos conductores solitarios que quieran ahorrarse el atasco de los pobres. Siempre ha habido clases.
Alquilar tu vientre para embarazos por encargo
Precio: Entre 30.000 y 100.000 euros
Muchas parejas que no pueden concebir hijos en España acuden al “mercado internacional” en busca de vientres de alquiler; por unos 30.000 euros en India o 100.000 en Estados Unidos, donde las madres de alquiler están mejor alimentadas y son más prolijitas, puedes contratar una mujer en perfecto estado de fertilidad por los 9 meses que dura su trabajo. La práctica está prohibida en España, aunque la asociación Vientre de Alquiler ha conseguido que España legalice el registro de niños nacidos en otras latitudes.
Rebautizar un teatro
Precio: Varios miles de euros
Hace mucho tiempo que los madrileños no pronuncian el nombre de la legendaria Sala Arena, tras años de repetir como loros aquella coletilla de Sala Heineken, la marca que renombró el local. La práctica del ‘naming rights’, que así se llama la apropiación de un nombre por parte de un patrocinador, alcanza su paroxismo con el Teatro Cofidis, antiguamente Teatro Alcázar, que obliga a los espectadores a convertirse en forzosos hombres-anuncio de una líder nacional de la usura.
Imagen: Mariano Roa.
Ganar dinero por leerse un libro
Precio: 2 dólares la unidad
Dicho así puede sonar a un minijob para hacer críticas en páginas web (cutres), pero no: esos 2 dólares vana para animar a la lectura a los niños más perezosos de las aulas de los colegios americanos. Evolución capitalista de aquella vieja rémora llamada “los deberes”.
Cobrar por hacer cola
Precio: 15 euros la hora
Teniendo en cuenta la coyuntura laboral, a más de uno le parecerá un chollo ganar 45 euros por pasar tres horas guardando cola para comprar las entradas de, por ejemplo, el Teatro Cofidis. Es lo que ofrece un vecino de Madrid en la web ETC por pillar tres entraditas para un espectáculo del próximo 21. Interesados, razón aquí.
Artículo inspirado en ‘Lo que el dinero no puede comprar’, de Michael J. Sandel.
Visto inicialmente en El País. Con información de Cooking Ideas, Time, Público, The Atlantic y El Economista.