El 9 de Noviembre de 1938, hace ahora 75 años, miles de comercios, sinagogas, cementerios y hogares de ciudadanos judíos fueron destrozados en Austria y Alemania durante la noche, que fue recordada como la 'Kristallnacht' (Noche de los Cristales Rotos), en referencia a los restos de los cristales rotos que cubrieron las calles tras la rotura de ventanas y escaparates.
Presentado por los responsables nazis como una reacción espontánea de la población tras el asesinato, dos días antes, de Ernst vom Rath, secretario de la embajada alemana en París por un joven judío polaco de origen alemán, Herschel Grynszpan, los ataques fueron ordenados en realidad por el canciller del Reich, Adolf Hitler, organizados por Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi, quien leyó desde el ayuntamiento de Munich una arenga antisemita que desató la ira contra los judíos.
Al menos 91 ciudadanos judíos fueron asesinados durante los ataques y otros 30 000 fueron detenidos y posteriormente deportados en masa a los campos de concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y Dachau.
Las casas de la población judía, así como sus hospitales y sus escuelas fueron saqueadas y destruidas con mazos. Más de 1.000 sinagogas fueron quemadas y unas 7.000 tiendas de propiedad de judíos fueron destruidas o seriamente dañadas.
Este día marca uno de los puntos de inflexión del éxodo de miles de judíos de Europa. Los que se quedaron corrieron peor suerte. la inmensa mayoría pereció en los campos de exterminio nazis. La Noche de los Cristales Rotos fue el preludio del Holocausto en Europa, en el que perecieron 6 millones de judíos.