Defendiendo que “facilitará a los
jóvenes su acceso a la Gloria”, el Vaticano ha presentado esta mañana
una droga sintética de fabricación propia que permite a quien la ingiere
ver a Jesucristo.
“El Vaticano ha dado la espalda a las drogas de manera sistemática, pero quizá deberíamos ver de qué manera pueden ayudarnos”, ha declarado el padre Almunia, teólogo y portavoz español del Vaticano.
“El éxtasis es malo, ¿pero si es de algún místico entonces es bueno? Hemos estado juzgando este tema con un doble rasero durante demasiado tiempo”, asegura Almunia que dijo el Papa cuando trató de exponer su idea a la curia Vaticana. Para garantizar un alto grado de pureza, el mismo pontífice supervisa todo el proceso de síntesis de las pastillas, que son bendecidas una a una posteriormente.
El resultado es un éxtasis similar al de Santa Teresa “pero más intenso y con un bajón posterior menos pronunciado”.
Según ha explicado la citada fuente, el Santo Padre ha probado las drogas él mismo antes de dar el visto bueno a su distribución. “Le han encantado, dice que ha visto a Jesús y ha estado charlando con él, luego se ha desnudado y ha insistido en subir a la cúpula de la Iglesia de San Pedro para chocar los cinco con el altísimo”, ha explicado Almunia. Según él, Bergoglio se ha pasado casi dos horas desnudo moviendo los brazos por todas partes y gritando “Diooooos, diooooos”.
Las pastillas, bautizadas como “Parusías”, serán distribuidas por los párrocos en las puertas de las iglesias. “La primera es gratuita y luego, como ya habrán visto a Jesús y estarán convencidos del Catolicismo, tendrán que pagar las siguientes”, han aclarado desde la Iglesia.
“El Vaticano ha dado la espalda a las drogas de manera sistemática, pero quizá deberíamos ver de qué manera pueden ayudarnos”, ha declarado el padre Almunia, teólogo y portavoz español del Vaticano.
“El éxtasis es malo, ¿pero si es de algún místico entonces es bueno? Hemos estado juzgando este tema con un doble rasero durante demasiado tiempo”, asegura Almunia que dijo el Papa cuando trató de exponer su idea a la curia Vaticana. Para garantizar un alto grado de pureza, el mismo pontífice supervisa todo el proceso de síntesis de las pastillas, que son bendecidas una a una posteriormente.
El resultado es un éxtasis similar al de Santa Teresa “pero más intenso y con un bajón posterior menos pronunciado”.
Según ha explicado la citada fuente, el Santo Padre ha probado las drogas él mismo antes de dar el visto bueno a su distribución. “Le han encantado, dice que ha visto a Jesús y ha estado charlando con él, luego se ha desnudado y ha insistido en subir a la cúpula de la Iglesia de San Pedro para chocar los cinco con el altísimo”, ha explicado Almunia. Según él, Bergoglio se ha pasado casi dos horas desnudo moviendo los brazos por todas partes y gritando “Diooooos, diooooos”.
Las pastillas, bautizadas como “Parusías”, serán distribuidas por los párrocos en las puertas de las iglesias. “La primera es gratuita y luego, como ya habrán visto a Jesús y estarán convencidos del Catolicismo, tendrán que pagar las siguientes”, han aclarado desde la Iglesia.