No incluyas ninguno de estos juguetes en tu carta a los Reyes Magos porque te puedo asegurar que no te los van a traer. Algunos por peligrosos, otros por ser de mal gusto o inapropiados para los niños o incluso por el sexismo que mostraban en sus envases todos, afortunadamente, han desaparecido del mercado.
Y empezamos nuestra lista de diez juguetes que hoy estarían mal vistos o prohibidos con aquella Güija que comercializó Borrás como si se tratara de un juguete más. Definitivamente hay cosas con las que es mejor no jugar.
Quimicefa
A pesar de que en su caja advierte de que el juego no contiene productos peligrosos, yo no dejaría a solas a ningún niño experimentando con todos los compuestos químicos del Quimicefa. No conozco a nadie que lo tuviera y que no haya tenido una “experiencia peligrosa” en ese momento en el que te entraba el arrebato y comenzabas a mezclarlo todo.
Patines de hierro
Vistos así parecen más un aparato de tortura que un artículo destinado a los pequeños de la casa. ¿Acaso no nos dábamos cuenta en su día del peso de aquellos patines de hierro que te podían destrozar el pie? Por supuesto que sí, pero si querías patinar no había otra cosa.
Goitibera o carro
Hoy sigue existiendo como exhibición en muchas fiestas populares, pero recuerdo que allá por los años 70 raro era el niño que no se había construido su propio carro o goitibera. Cada uno lo hacía como podía y era precisamente en el momento en el que estabas bajando una cuesta cuando descubrías los errores que habías cometido en su construcción. Por cierto ¿que velocidad podía llegar a alcanzar esto?
Dardos
Fijaos en esas afiladísimas puntas e imaginaros a un crío de unos 8 años comprando uno de estos dardos en cualquier quiosco de golosinas. Reza porque el niño tenga buena puntería.
Pipo
Le introducías uno de sus cigarrillos en la boca y Pipo fumaba, así de simple y así de impensable hoy en día habituar a los niños a que vayan haciéndose al hábito de fumar. Era tan experto que hacía hasta oes.
Trivio 3000
El problema del Trivio 3000 está en esa caja en la que una familia unida juega con este juego de preguntas, pero que nadie pensó que aquel paquete de tabaco, el cenicero e incluso el café algún día no estarían considerados muy apropiados para ilustrar un juego infantil.
Baby Pis
A partir del Baby Pis nos quedó muy claro el sexo de los muñecos, pero fue tal su impacto a finales de los ochenta que los jugueteros prefirieron regresar a la inocencia de las muñecas. Si se lo tocabas emitía el sonido de ponerse a mear.
Batalla naval
Otro ejemplo de que los tiempos han cambiado es la caja de esta versión del Batalla naval en el que papá y el niño juegan muy felices mientras mamá y la niña están fregando y secando los platos al fondo.
Hinque
Y despedimos este listado de juguetes mal vistos con uno de los juegos más populares y a la vez más peligrosos de todos los tiempos. Niños que salían de casa armados con su punta afilada de hierro, la pieza metálica de una lima o, en su defecto, un destornillador porque despúes de clase se quedaban en el descampado a jugar al hinque. Para habernos matado.