La bomba "brazuca", dispuesta a ofrecer su cuerpo.
Catarina Migliorini, la joven
garota de 21 años que se hizo famosa por haber subastado su cuerpo para
debutar sexualmente, finalmente no cometió el acto con el japonés que
había acordado. Ahora, la bella mujer espera cotizar su servicio en más
de un millón de dólares.
La brasileña Catarina Migliorini, de 21
años, saltó a la fama el año pasado luego de que anunciará que su
virginidad estaba en venta y que sería documentada en el proyecto "docu
reality" Virgins Wanted del cineasta australiano Justin Sisley.
Miglorini volvió a poner su virginidad a la venta, alegando una vez más fines benéficos. Esta vez, espera cotizarse en más de un millón de dólares. La joven había subastado su virginidad en 780 mil dólares que pagaría un hombre residente en Japón llamado Natsu.
Pero el viaje no se realizó y Migliorini y Sisley se pelearon. Meses atrás, la joven acusó al director de no darle el dinero prometido. Migliorini dijo que utilizaría el dinero para construir casas para los más necesitados en su país. Sin embargo, luego aseguró que invertiría el dinero en pagarse la carrera de medicina en Buenos Aires, Argentina.
La polémica que generó en torno al caso, hizo que la joven se convirtiera en una celebridad, y no le faltaron contratos para desfiles de lencería y revistas como Playboy.
Miglorini volvió a poner su virginidad a la venta, alegando una vez más fines benéficos. Esta vez, espera cotizarse en más de un millón de dólares. La joven había subastado su virginidad en 780 mil dólares que pagaría un hombre residente en Japón llamado Natsu.
Pero el viaje no se realizó y Migliorini y Sisley se pelearon. Meses atrás, la joven acusó al director de no darle el dinero prometido. Migliorini dijo que utilizaría el dinero para construir casas para los más necesitados en su país. Sin embargo, luego aseguró que invertiría el dinero en pagarse la carrera de medicina en Buenos Aires, Argentina.
La polémica que generó en torno al caso, hizo que la joven se convirtiera en una celebridad, y no le faltaron contratos para desfiles de lencería y revistas como Playboy.