¿Cómo se llenará el tanque?
Investigadores del Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria lograron reciclar las flatulencias vacunas para
utilizarlos como energía. El invento resuelve dos problemas: la
dependencia del petróleo y la contaminación que causa la digestión de
los animales.
Un grupo de investigadores
del Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria logró reciclar los gases que produce la
vaca para usarlo como combustible en un auto, entre otros usos. Las
vacas generan metano durante su digestión. Este gas liberado aumenta el
efecto invernadero y contribuye al cambio climático. Las emisiones
asociadas a la ganadería representan el 14,5 por ciento de todas las
emisiones de origen humano. Casi el 40 por ciento proviene de la
digestión de las vacas. De hecho, en Córdoba las vacas contaminan más
que el parque automotor. Según la Organización de
las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en un día una vaca
contamina lo mismo que un auto que recorre 60 kilómetros.Cada animal emitiría el equivalente en metano a 4,8 toneladas anuales de dióxido de carbono anuales, lo mismo que libera anualmente una camioneta 4×4 de las más poderosas. Y en la provincia hay cerca de un millón de vehículos, mientras que el stock ganadero supera los cinco millones de cabezas.
Por lo tanto, además de curiosa, la iniciativa es amigable con el ambiente. De una manera muy sencilla, los investigadores lograron recolectar, purificar y comprimir los gases de la vaca para utilizarlos como fuente energética. “Proponemos una forma económica y práctica de secuestrar esas emisiones y utilizarlas como sustituto energético”, afirmó Guillermo Berra, coordinador del grupo de Fisiología Animal del Inta en Castelar.
Asegura que la energía obtenida de las vacas serviría para que, en aquellos lugares donde no llega la convencional, los productores tengan una alternativa para cocinar, iluminar sus viviendas e, incluso, manejar sus autos. “Una vaca emite alrededor de 300 litros de metano por día, que pueden ser utilizados para poner en funcionamiento una heladera de 100 litros de capacidad a una temperatura entre dos y seis grados durante un día completo”, dijo Ricardo Bualo, integrante del grupo. Más concreto, con un día de emisiones de una vaca se llena una garrafa de 45 kilos de gas. O bien, el gas producido por un animal durante una semana genera suficiente GNC para que un automóvil recorra 100 kilómetros.
Para la captura del gas, utilizaron un sistema de cánulas que comunican el interior del rumen (estómago) de la vaca con una bolsa plástica que, a modo de mochila, se ubica en el lomo del animal. Debido a que el animal genera diferentes gases, la iniciativa propone el uso de un compuesto industrial como la monoetanolamina para extraer el dióxido de carbono y el ácido sulfhídrico y purificarlos hasta obtener una concentración de alrededor de 95 por ciento de metano.
Para este proceso se utiliza un sistema similar al de los aireadores de una pecera que producen burbujas. A este gas filtrado se lo comprime de manera sencilla para almacenarlo en garrafas. “Se utilizó una bici-bomba, una bicicleta fija con un pistón incorporado que permite movilizar el gas y comprimirlo”, explicó Diego Mena, responsable de esta parte del desarrollo. Así, este generador de cuatro patas ofrece una doble solución. Genera energía de manera eficiente y sustentable y evita la contaminación del planeta con gases de efecto invernadero