jueves, 6 de septiembre de 2012
Descubren siete fosas con 28 fusilados, mujeres incluidas, en un monte de Cádiz
El arqueólogo Jesús Román Román y su equipo de excavaciones emprendieron el 2 de julio las catas en la finca del Marrufo, entre las provincias de Cádiz y Málaga. Hasta ayer, día 3, habían localizado siete fosas comunes con 28 cuerpos de víctimas del terror franquista, incluidas mujeres maniatadas. El historiador y miembro del equipo, Fernando Sígler Silvela, explica a cuartopoder.es que “en la zona entre el Marrufo y el antiguo poblado de la Sauceda pudieron asesinar y enterrar en fosas anónimas a unas 300 personas”. Son las víctimas de lo que Sígler llama “el terror caliente”, la “limpieza” de demócratas gaditanos que tras la sublevación militar franquista se refugiaron en esta zona limítrofe entre Ubrique, Jimena y Cortes de la Frontera.
Las exhumaciones indican que nos encontramos en uno de los parajes de la geografía española donde mayor número de asesinatos cometieron los franquistas sin causa ni juicio previo. Entre noviembre de 1936 y febrero de 1937 mantuvieron un ritmo de tres o cuatro fusilamientos diarios. El teniente de la Guardia Civil José Robles, jefe del cuartel de Ubrique, recibió los efectivos necesarios y la orden de “limpiar” la zona e instaló en el cortijo El Marrufo, propiedad de la familia Guerrero –los mayores latifundistas de Jerez de la Frontera–, un centro de detención y ejecución.
Los estudios históricos y la inspección de la zona aportaron indicios determinantes de la existencia de fosas comunes y restos de munición en determinadas zonas, en las que perpetraron los fusilamientos. El Ministerio de la Presidencia concedió una subvención en 2011 para localizar las fosas, pero el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy suspendió la ayuda. No obstante, los estudios, la localización de las nuevas fosas y la exhumación de los restos humanos ha podido seguir adelante con la ayuda privada de algunos familiares, singularmente, del nieto de un fusilado.
Andrés Rebolledo Barreno preside la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo de La Sauceda y El Marrufo, es un hombre infatigable que todavía espera que se haga justicia. “No sólo se trata de localizar, rescatar del olvido a los seres queridos y devolverles la dignidad”, sino también de denunciar “la impunidad que 76 años después y más de treinta de democracia sigue envolviendo aquellos viles asesinatos”. Es la “asignatura pendiente de este país con su pasado”, añade.
El valle de La Sauceda –que incluye la finca del Marrufo– se había convertido en un lugar de refugio de cientos de personas que huían del avance de las tropas sublevadas. Una vez ocupado por los rebeldes, instalaron en ese cortijo un destacamento de guardias civiles y militares que hizo las veces de campo de concentración, tortura y fusilamientos masivos. ¿Qué han encontrado ahora los expertos y sus ayudantes –cuarenta jóvenes voluntarios, en dos turnos, procedentes de toda España– en las siete fosas que llevan descubiertas? Varios signos de una crueldad brutal y entre tres y cinco restos de mujeres fusiladas.
Según el testimonio del arqueólogo Román, uno de los cuerpos hallados en la tercera fosa, que se localizó el 17 de julio, presenta evidencias de corresponder al sexo femenino, con restos de una peineta en la parte posterior del cráneo. El antropólogo Juan Manuel Guijo, que dirige con su colega Juan Carlos Pecero las tareas de registro de los restos, secado, limpieza, revisión y estudio de los huesos, asegura que tres de los ocho esqueletos hallados en esa fosa corresponden claramente a mujeres y otros dos podrían ser también femeninos, aunque este dato está pendiente de un estudio más pormenorizado.
Según los técnicos, estamos ante unas fosas clandestinas que nada tienen que ver con los espacios socialmente aceptados para la práctica de las sepulturas. Son enterramientos colectivos, y la posición de los cuerpos evidencia por la forma en que fueron arrojados que no se guardó el respeto debido a las personas. No son enterramientos normales, los sujetos fueron despojados de sus objetos e identidad. Además, sobre el terreno, se pueden observar evidencias de episodios de violencia previa: huesos rotos y posibles tiros en las piernas. Según Guijo, siete de los ocho cuerpos hallados en la tercera fosa presentan signos de haber tenido las manos atadas y haber sufrido violencia física.
La búsqueda de fosas continúa. Hoy comenzarán a desbrozar manualmente en una zona del Parque de los Alcornocales tras haber obtenido permiso de la dirección del Parque y la autorización de Medio Ambiente. Se trata de descubrir nuevos majanos de piedra que pudieran estar dispersos y cubiertos de vetegación menor. Estos montones de piedra son un indicio que pueden llevar a la localización de nuevas sepulturas clandestinas. A la tarea se incorpora un equipo del Instituto Geofísico de la Universidad de Granada con un georádar en 3D para examinar una zona acotada.
Por su parte, la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo de La Sauceda y El Marrufo ha presentado la correspondiente denuncia ante el juzgado 1 de Jerez de la Frontera sobre el hallazgo de restos óseos humanos con signos de violencia. La denuncia, rubricada por su presidente, Rebolledo Barreno, se basa en la legislación internacional sobre crímenes de lesa humanidad. La comandancia de la Guardia Civil de Ubrique también ha recibido la denuncia y ha abierto una investigación pericial.
La Asociación ha iniciado gestiones con un laboratorio para que tome muestras y realice las pruebas de ADN a los familiares de las víctimas con el fin de poder cotejarlas en su momento con las que se obtengan de los restos de los fusilados que descansarán finalmente en el antiguo cementerio de La Sauceda, que está siendo rehabilitado. La Junta de Andalucía declarará el valle de la Sauceda y el Marrufo Lugar de la Memoria, una zona por la que ha pasado la eurodiputada Carmen Romero y otros dirigentes del PSOE, IU y PA para manifestar su solidaridad con los familiares de las víctimas y ver las excavaciones.