Una de las zonas del cuerpo más frágiles y estimadas por sus
portadores es el pene, y uno de los miedos más grandes que pueden tener
en relación a este es si de hecho es capaz de sufrir una fractura del
mismo. Pues la desalentadora respuesta es: sí.
Durante una erección, el pene se llena de sangre. Si el pene se dobla repentinamente o con fuerza mientras se llena de sangre, el
trauma puede romper las paredes de uno de los dos cilindros en el pene
(cuerpos cavernosos) responsables de la erección – resultando en una
fractura de pene. El trauma suele estar relacionado con el acto sexual agresivo o acrobático o, en algunos casos, la masturbación agresiva.
Una
fractura de pene es una lesión dolorosa que a menudo está acompañada de
un crujido audible, seguido inmediatamente por la oscuridad de los
hematomas en el pene debido a la sangre que se escapa del cilindro. En algunos casos el tubo que drena la orina del cuerpo (uretra) se puede dañar así, y la sangre puede ser visible en la abertura urinaria del pene.
Esta
condición requiere atención médica urgente. Por lo general se puede
diagnosticar con un examen físico, y la reparación quirúrgica del
sistema se recomienda normalmente. Si no se trata, una fractura de pene puede resultar en deformidad del pene o la incapacidad para tener o mantener una erección (disfunción eréctil).
La disfunción eréctil (impotencia) se produce cuando un hombre no puede
lograr o mantener una erección lo suficientemente firme para tener
relaciones sexuales.