'En el día de hoy, cautivo y desarmado el Estado
del Bienestar, han alcanzado las tropas del PP sus últimos objetivos:
el control absoluto de las televisiones. El pluralismo ha terminado'.
TVE era el último escollo para el poder absoluto del Gobierno del PP y
la situación se ha cambiado por decreto, una vía de la que Mariano Rajoy
está abusando a pesar de su supremacía parlamentaria. Y de rebote,
también se ha permitido la privatización de los canales autonómicos.
Artículos relacionados
Política autoritaria
Ahora, el poder del PP es desmedido, pero no llega a los 3/5 del Congreso que necesita para poder colocar a quien quiera al frente de RTVE. Podría intentar pactar con el PSOE y seguir con la línea de acuerdos que en los últimos años nos ha brindado la televisión pública más plural, objetiva e independiente de toda la democracia. Pero no, prefiere seguir su política autoritaria y cambiar la ley para elegir por decreto al presidente de la Corporación.
El jet lag de Mariano
Se había especulado con que Mariano Rajoy comparecería hoy para explicar las medidas. La ocasión no era para menos, pero el jet lag de su periplo por las Américas se lo ha debido impedir. El tocomocho se ha vuelto a poner en marcha y una vez más ha sido Soraya la encargada de anunciar a los ciudadanos que hoy son un poco menos libres. La vicepresidenta ni siquiera ha podido disimular su sonrisa cuando anunciaba el asalto a RTVE.
La culpa no es de TVE
No son capaces de reconocer que la gente se ha hartado de ellos en menos de 100 días. Que los ciudadanos se han dado cuenta del engaño. Que sus mentiras son las culpables de los batacazos electorales en Asturias y en Andalucía.
Se han dejado convencer por los ultras de Génova y por los periodistas más sectarios de la caverna, que llevan meses repitiendo que la culpa de que el pueblo les odie es de TVE. Pero la televisión pública sólo se dedica a plasmar la realidad: las miserias que muestra las ha creado el Gobierno él solito.
El ejemplo de Telemadrid
Personajes como Hermann Tertsch se atrevían a asegurar el día después de las elecciones que el PP había pinchado en Andalucía por culpa del “sectarismo” de TVE. Unas horas antes de semejante afirmación, el mismo periodista asistía a un especial informativo en Telemadrid donde la presentadora, Isabel San Sebastián, decía frases como: “El PP lleva ahora 45 diputados… ya hemos subido”. Desvergüenza en estado puro pagada con los impuestos de todos.
'En el día de hoy, cautivo y desarmado el
Estado del Bienestar, han alcanzado las tropas del PP sus últimos
objetivos: el control absoluto de las televisiones. El pluralismo ha
terminado'. TVE era el último escollo para el poder absoluto del
Gobierno del PP y la situación se ha cambiado por decreto, una vía de
la que Mariano Rajoy está abusando a pesar de su supremacía
parlamentaria. Y de rebote, también se ha permitido la privatización de
los canales autonómicos.
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Ahora, el poder del PP es desmedido, pero no llega a los 3/5 del Congreso que necesita para poder colocar a quien quiera al frente de RTVE. Podría intentar pactar con el PSOE y seguir con la línea de acuerdos que en los últimos años nos ha brindado la televisión pública más plural, objetiva e independiente de toda la democracia. Pero no, prefiere seguir su política autoritaria y cambiar la ley para elegir por decreto al presidente de la Corporación.
El jet lag de Mariano
Se había especulado con que Mariano Rajoy comparecería hoy para explicar las medidas. La ocasión no era para menos, pero el jet lag de su periplo por las Américas se lo ha debido impedir. El tocomocho se ha vuelto a poner en marcha y una vez más ha sido Soraya la encargada de anunciar a los ciudadanos que hoy son un poco menos libres. La vicepresidenta ni siquiera ha podido disimular su sonrisa cuando anunciaba el asalto a RTVE.
La culpa no es de TVE
No son capaces de reconocer que la gente se ha hartado de ellos en menos de 100 días. Que los ciudadanos se han dado cuenta del engaño. Que sus mentiras son las culpables de los batacazos electorales en Asturias y en Andalucía.
Se han dejado convencer por los ultras de Génova y por los periodistas más sectarios de la caverna, que llevan meses repitiendo que la culpa de que el pueblo les odie es de TVE. Pero la televisión pública sólo se dedica a plasmar la realidad: las miserias que muestra las ha creado el Gobierno él solito.
El ejemplo de Telemadrid
Personajes como Hermann Tertsch se atrevían a asegurar el día después de las elecciones que el PP había pinchado en Andalucía por culpa del “sectarismo” de TVE. Unas horas antes de semejante afirmación, el mismo periodista asistía a un especial informativo en Telemadrid donde la presentadora, Isabel San Sebastián, decía frases como: “El PP lleva ahora 45 diputados… ya hemos subido”. Desvergüenza en estado puro pagada con los impuestos de todos.
La hora de la “decencia”
Ha llegado la hora de la “decencia” para TVE. Es el fin de Ana Pastor, Pepa Bueno, Fran Llorente… Ahora es el turno de los Tertsch, los Dávila y Pilar García de la Granja… Las vitrinas de los Informativos, que hasta ahora se llenaban de premios a la independencia, serán ocupadas por fotografías de Mariano Rajoy con birrete y las condenas por manipulación como la de Urdaci.
Es el momento de atiborrarnos con las galas de José Luis Moreno, con los maratones de copla española, con corridas de toros y fútbol en exceso, con Ce-Ce-O-O… Dice Rajoy que de aquí al verano tiene planeados muchos más recortes y necesita a TVE porque no habrá elefante muerto capaz de tapar la que se nos viene encima.