Una bloguera de comida y viajes compartió cómo fue la mala experiencia que le tocó pasar junto a sus amigos en un establecimiento que poseía buenas reseñas. Comparó algunas situaciones que pasó con un película de terror y lo describió como "el peor restaurante".
Sobre gustos no hay nada escrito. Hay gustos culinarios que son un manjar para unas personas, pero no son apreciadas de la misma forma por otros. Sin embargo, hay casos en donde las situaciones cruzan un límite. En esta oportunidad, una popular bloguera de comida y viajes realizó una dura crítica contra un restaurante de Lecce, Italia, que, según ella, "es el peor restaurante con estrella Michelin de todos los tiempos".
La protagonista de este hecho es Geraldine DeRuiter, una bloguera conocida que viajaba por italia con unos amigos y decidió ir a cenar al restaurante Bros, un establecimiento que tenía buenas críticas y contaba con una estrella Michelin, la cual se otorga a la cocina excepcional. De hecho, para recibir una, el candidato debe recibir cuatro visitas de inspectores nacionales
DeRuiter compartió su reseña en el sitio The Everywhereist. Allí contó algunas experiencias que le tocó pasar en el lugar, pero señaló que por más detallado que intentó que sea, no pudo reflejar lo suficiente todo la experiencia que vivió junto a sus amigos.
Ella y siete de sus amigos fueron conducidos a un espacio que parecía una prisión, donde no solo el ambiente y el servicio fueron malos, la comida fue peor. Según la bloguera, estar en el restaurante Bros era como estar inmersa en una obra de Charles Dickens. Además, señaló que en total les sirvieron 27 platos con porciones no mayores a una cucharada, durante las 4 horas y media que permanecieron.
“Nos condujeron a una celda de cemento de una habitación, Drake bombeando a través de altavoces invisibles. Hacía un calor sofocante y no había otros clientes presentes. La decoración tenía la elegancia de un búnker subterráneo donde uno esperaría ser interrogado”. detalló DeRuiter.
Y continuó: “Algunos platos eran astillas de papel comestible. Algunos tragos fueron vasos de vinagre. Todo sabía a pescado, incluso los platos sin pescado. Además, casi todo se sirvió frío, incluida la porción de los 6 fideos, que fue el plato más sustancioso".
La periodista explicó que en un momento les sirvieron doce tipos de espuma. Algo que DeRuiter describe como “un pan de ostras que sabía a aeropuerto de Newark” y una cucharadita de helado sabor a oliva. Pero eso no fue todo.
Una espuma de cítricos se la sirvieron en un molde de yeso de la boca del chef. “A falta de utensilios, nos dijeron que lamiéramos y sacáramos de la boca del chef…Nos habían golpeado en una especie de sumisión psicológica extraña”.
Por su parte, la bloguera indicó que se mantenían expectantes a que en un determinado momento le traigan algo que se sabroso, pero esperararon algo que "nunca llegó". Es por es que Geraldine reconoció que no había nada ni siquiera parecido a una comida real.
En un momento, era tal el hambre que tenían que la periodista les preguntó a los meseros si podía comerse una naranja real que estaba colocada a modo de decoración en la mesa. A lo que solo le dejaron comer dos segmentos y luego se llevaron la fruta.
Tras acabar la degustación de más de cuatro horas, les exigieron levantarse y salir del restaurante. Los llevaron al otro lado de la calle a una puerta oscura y al laboratorio de Bros. Luego les dieron globos con el nombre del restaurante y el chef salió e insistió en posar con Geraldine y sus amigos para una foto de recuerdo, algo que ellos nunca pidieron.
DeRuiter admitió que está acostumbrada a la "cocina experimental y que había tenido buenas experiencias en restaurantes que habían recibido estrellas Michelin, pero no esperaba "un sueño febril inducido por hambre de 4 horas”.
“O son genios de la comedia o sádicos, y está bien si eso es lo que espera tu audiencia, pero como que queríamos cenar. Quizá confundieron nuestra mesa con la de su examante o puede ser que estuvieran borrachos", recalcó DeRuiter.
Por último, tras la publicación de la periodista, el chef del restaurante Bros Floriano Pellegrino utilizó una metáfora para responder a la crítica. En ella hay un dibujo de un hombre en un caballo que precede a la declaración: “Ser capaz de dibujar a un hombre en un caballo no te convierte en un artista”. Asimismo, el chef le agradeció a Geraldine DeRuiter, por haberlo mencionado: “Agradecemos a la Sra. XXX-no recuerdo su nombre-, por hacernos llegar a donde aún no habíamos llegado”. sentenció.
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