Desde
finales del siglo XIX el Ayuntamiento de Córdoba venía pensando la
posibilidad de erigir un monumento en conmemoración del Gran Capitán.
Así, y siguiendo el modelo empleado en Madrid de abrir una suscripción popular para sufragar los gastos del Monumento a Emilio Castelar, el 24 de junio de 1909 se aprueba por parte de la Comisión Ejecutiva del "Proyecto de Monumento al Gran Capitán" que se le ofrecía a Mateo Inurria.
El 4 de enero de 1915 se abre la suscripción popular pro monumento y el alcalde de la ciudad firma con el escultor un contrato, el 13 de febrero por la cual se fijaba el precio en 100.000 pesetas que se le harían efecitvas en tres plazos.
Sin embargo, la suscripción no tuvo éxito, pues nunca llegó a recaudar las 100.000 pesetas estimadas. Pasa el tiempo, y hasta 1923 no pudieron conseguirse los fondos. Por fin, el 15 de noviembre de 1923 se inaugura el monumento; una escultura ecuestre en bronce, con excepción de la cabeza, labrada en mármol blanco, y erigida sobre un pedestal de granito y mármol, originalmente emplazada en el cruce de la avenida del Gran Capitán con Ronda de los Tejares (entonces avenida de Canalejas) donde permaneció hasta 1927, en que es trasladado a su actual emplazamiento de la plaza de las Tendillas.
Durante el siglo XX hubo diferentes reformas de la fuente que rodea al monumento, siendo la actual la reforma realizada en 1998.
En octubre de 2003, el monumento sufrió una profunda restauración donde se le aplicaron barniz y capas de protección, siendo reinaugurado el 23 de diciembre de ese año por la entonces alcaldesa Rosa Aguilar.
Así, y siguiendo el modelo empleado en Madrid de abrir una suscripción popular para sufragar los gastos del Monumento a Emilio Castelar, el 24 de junio de 1909 se aprueba por parte de la Comisión Ejecutiva del "Proyecto de Monumento al Gran Capitán" que se le ofrecía a Mateo Inurria.
El 4 de enero de 1915 se abre la suscripción popular pro monumento y el alcalde de la ciudad firma con el escultor un contrato, el 13 de febrero por la cual se fijaba el precio en 100.000 pesetas que se le harían efecitvas en tres plazos.
Sin embargo, la suscripción no tuvo éxito, pues nunca llegó a recaudar las 100.000 pesetas estimadas. Pasa el tiempo, y hasta 1923 no pudieron conseguirse los fondos. Por fin, el 15 de noviembre de 1923 se inaugura el monumento; una escultura ecuestre en bronce, con excepción de la cabeza, labrada en mármol blanco, y erigida sobre un pedestal de granito y mármol, originalmente emplazada en el cruce de la avenida del Gran Capitán con Ronda de los Tejares (entonces avenida de Canalejas) donde permaneció hasta 1927, en que es trasladado a su actual emplazamiento de la plaza de las Tendillas.
Durante el siglo XX hubo diferentes reformas de la fuente que rodea al monumento, siendo la actual la reforma realizada en 1998.
En octubre de 2003, el monumento sufrió una profunda restauración donde se le aplicaron barniz y capas de protección, siendo reinaugurado el 23 de diciembre de ese año por la entonces alcaldesa Rosa Aguilar.
Leyendas en torno al Monumento.
Una de las más extendidas leyendas que circulan en Córdoba sobre el monumento al Gran Capitán, trata sobre la cabeza que incluye la estatua es la cabeza del torero Lagartijo. Nada más lejos de la realidad. El profesor Ramón Montes señaló la causa de la diferencia material y cromática entre la cabeza y el resto de la escultura:
"La figura ecuestre está realizada en bronce, a excepción de la cabeza que es de mármol blanco. Recurso éste, que utilizó Inurria para contrastar y darle una más genuina expresión. En base a este hecho, existe un bulo según el cual la cabeza del Gran Capitán es la de Lagartijo. Nada más lejano a la realidad. Existen expuestas ambas cabezas, en bronce, en el Museo de Bellas Artes, en donde puede comprobarse el error".
En la misma línea se manifestó José María Palencia Cerezo en uno de los más completos estudios realizados hasta la fecha sobre el monumento:
"…no existe al respecto ningún tipo de testimonio documental ni literario que pueda llevar a plantearlo (…) porque sobre el particular nada se recoge en el contrato firmado en 1915 con el Ayuntamiento de Córdoba. Y por último, porque de haber procedido en tal sentido, Inurria hubiera navegado contracorriente, convirtiendo una de sus obras más emblemáticas en un pastiche sin sentido de época".
Cordobapedia apunta que el modelo para la cabeza fue un organista de la Iglesia de San Nicolás, aunque no aporta prueba alguna que apoye esta afirmación.
Una de las más extendidas leyendas que circulan en Córdoba sobre el monumento al Gran Capitán, trata sobre la cabeza que incluye la estatua es la cabeza del torero Lagartijo. Nada más lejos de la realidad. El profesor Ramón Montes señaló la causa de la diferencia material y cromática entre la cabeza y el resto de la escultura:
"La figura ecuestre está realizada en bronce, a excepción de la cabeza que es de mármol blanco. Recurso éste, que utilizó Inurria para contrastar y darle una más genuina expresión. En base a este hecho, existe un bulo según el cual la cabeza del Gran Capitán es la de Lagartijo. Nada más lejano a la realidad. Existen expuestas ambas cabezas, en bronce, en el Museo de Bellas Artes, en donde puede comprobarse el error".
En la misma línea se manifestó José María Palencia Cerezo en uno de los más completos estudios realizados hasta la fecha sobre el monumento:
"…no existe al respecto ningún tipo de testimonio documental ni literario que pueda llevar a plantearlo (…) porque sobre el particular nada se recoge en el contrato firmado en 1915 con el Ayuntamiento de Córdoba. Y por último, porque de haber procedido en tal sentido, Inurria hubiera navegado contracorriente, convirtiendo una de sus obras más emblemáticas en un pastiche sin sentido de época".
Cordobapedia apunta que el modelo para la cabeza fue un organista de la Iglesia de San Nicolás, aunque no aporta prueba alguna que apoye esta afirmación.
En
la imagen, el monumento en su antiguo emplazamiento en la intersección
de la avenida Gran Capitán con Ronda de los Tejares (entonces avenida de
Canalejas), hacia 1925.
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