El pibe fue enterado hace 1600 años con una piedra en la boca. El hallazgo fue en el medio de búsquedas arqueológicas.
L as excavaciones arqueológicas son habituales en algunos sitios de Italia, donde antiguas civilizaciones dejaron huellas de su paso. En una de ellas, los investigadores hallaron el esqueleto de un pibe de 10 años, enterrado bajo un extraño ritual, y lo llamaron el "niño vampiro".
En la VIlla di Poggio Gramignano, en la localidad de Lugnano in Teverina, al norte de Roma, un grupo de científicos halló los restos de un nene que fue enterrado hace 1.600 años, con una particularidad: en su boca tenía una piedra, ritual que, según explicaron, buscaba evitar que los cadáveres se levantaran de sus tumbas.
La explicación a la que los arqueólogos llegaron tras analizar el caso es que, cuando murió, el chico tenía malaria, por lo que intentaron evitar que se levantara de entre los muertos y propagara la enfermedad.
"Nunca había visto nada igual, es extremadamente espeluznante y raro", expresó David Soren, arqueólogo de la Universidad de Arizona, que encabezó la excavación que halló a quien fue denominado como el "niño vampiro de Lugnano".
Un lugar que da miedo
Los huesos del pibito fueron encontrados en un cementerio de chicos, en el que hay decenas de cuerpos. Además, hay evidencias de haberse practicado la brujería en el lugar, ya que también fueron hallados huesos de sapo, calderos de bronce y garras de cuervos. Por eso, que el nene tuviera una piedra dentro de la boca abierta sorprendió a los investigadores, pero, a la luz de los descubrimientos, no resultó ser algo que escapara a las prácticas del momento.
La villa en la que está el cementerio fue construida en la región de Umbria, en el siglo I antes de Cristo y fue abandonada de manera repentina en el siglo V, tras la llegada de Atila, el huno, quien habría huido atemorizado por la enfermedad. Allí fue enterrada una gran cantidad de pibes y fetos, así como cachorros de perro, algunos de los cuales fueron decapitados, lo que se creía que servía para aplacar el enojo de los dioses inferiores.
En tanto, la sangre de los animales era utilizada para curar enfermedades.
Una práctica común
Esta no es la primera vez que un "vampiro" fue hallado. En 2009 fue en Venecia donde arqueólogos encontraron el cuerpo de una mujer del siglo XVI con una piedra en la boca, por lo que fue bautizada como "el vampiro de Venecia". El año pasado, en Northamptonshire, Inglaterra, fue hallado el esqueleto de un hombre del siglo III o IV, enterrado boca abajo, con la lengua cortada y reemplazada por una roca.
"Se trata de un tratamiento mortuorio muy inusual que se ve de varias formas en diferentes culturas, especialmente en el mundo romano, que podría indicar que existía el temor de que esta persona pudiera regresar de entre los muertos y tratar de transmitir la enfermedad a los vivos", concluyó el bioarqueólogo Jordan Wilson.
En la VIlla di Poggio Gramignano, en la localidad de Lugnano in Teverina, al norte de Roma, un grupo de científicos halló los restos de un nene que fue enterrado hace 1.600 años, con una particularidad: en su boca tenía una piedra, ritual que, según explicaron, buscaba evitar que los cadáveres se levantaran de sus tumbas.
La explicación a la que los arqueólogos llegaron tras analizar el caso es que, cuando murió, el chico tenía malaria, por lo que intentaron evitar que se levantara de entre los muertos y propagara la enfermedad.
"Nunca había visto nada igual, es extremadamente espeluznante y raro", expresó David Soren, arqueólogo de la Universidad de Arizona, que encabezó la excavación que halló a quien fue denominado como el "niño vampiro de Lugnano".
Un lugar que da miedo
Los huesos del pibito fueron encontrados en un cementerio de chicos, en el que hay decenas de cuerpos. Además, hay evidencias de haberse practicado la brujería en el lugar, ya que también fueron hallados huesos de sapo, calderos de bronce y garras de cuervos. Por eso, que el nene tuviera una piedra dentro de la boca abierta sorprendió a los investigadores, pero, a la luz de los descubrimientos, no resultó ser algo que escapara a las prácticas del momento.
La villa en la que está el cementerio fue construida en la región de Umbria, en el siglo I antes de Cristo y fue abandonada de manera repentina en el siglo V, tras la llegada de Atila, el huno, quien habría huido atemorizado por la enfermedad. Allí fue enterrada una gran cantidad de pibes y fetos, así como cachorros de perro, algunos de los cuales fueron decapitados, lo que se creía que servía para aplacar el enojo de los dioses inferiores.
En tanto, la sangre de los animales era utilizada para curar enfermedades.
Una práctica común
Esta no es la primera vez que un "vampiro" fue hallado. En 2009 fue en Venecia donde arqueólogos encontraron el cuerpo de una mujer del siglo XVI con una piedra en la boca, por lo que fue bautizada como "el vampiro de Venecia". El año pasado, en Northamptonshire, Inglaterra, fue hallado el esqueleto de un hombre del siglo III o IV, enterrado boca abajo, con la lengua cortada y reemplazada por una roca.
"Se trata de un tratamiento mortuorio muy inusual que se ve de varias formas en diferentes culturas, especialmente en el mundo romano, que podría indicar que existía el temor de que esta persona pudiera regresar de entre los muertos y tratar de transmitir la enfermedad a los vivos", concluyó el bioarqueólogo Jordan Wilson.
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