El museo, en la antigüedad, era un asentamiento vikingo, el cuál fue descubierto en 1972. Investigadores, hallaron herramientas, armas, joyas, monedas y, entre los patrimonios culturales, dieron con el excremento más grande del mundo, el cual mide 50 centímetros de largo y 5 de ancho.
En él, encontraron rastros de carne y granos, por lo que científicos determinaron que los vikingos comían muy pocas frutas o verduras. Además, descubrieron cientos de huevos de gusanos.
En 2003, el excremento fue tirado al piso por un profesor y se rompió en tres pedazos. Sin embargo, pudieron recomponerlo.
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