Los Ángeles... Ya la boda estaba en curso. Ella, hermosa con su vestido blanco; él, como un dandy, presto a desposar a la novia…
Sí, la ceremonia se llevaba a cabo con un protocolo digno de la mejor boda del siglo, cuando de pronto, la bella doncella fue presa de los nervios.
"¿Quiere ser la esposa?", se escuchó y de pronto…Una risita traicionera antecedió a la carcajada… ¡Stop! La unión matrimonial fue interrumpida por varios minutos.
Al final, el sello de todo acto nupcial: Un beso.
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