El trabajador de la instalación lo identificó por su voz, ya que durante el robo iba encapuchado, y lo entretuvo
La Guardia Civil de Almoradí ha detenido a un hombre acusado de robar a punta de pistola en una gasolinera de la localidad. El atracador, encapuchado, se llevó el dinero de la caja y se marchó, pero minutos más tarde volvió a la estación de servicio. Quería comprar gasolina debido a que su coche se quedó sin combustible y lo dejó tirado durante la huida. Pero el operario reconoció su voz y lo entretuvo. Le contó incluso que estaba muy nervioso porque había sufrido un robo. Instantes después llegó una patrulla que procedió a su identificación y arresto.El suceso ocurrió el martes, a las seis de la mañana, en una gasolinera ubicada en la carretera que va de Almoradí a Dolores. El único trabajador que se encontraba de servicio fue sorprendido por un hombre que entró cubierto con un pasamontañas. Empuñaba con sus manos cubiertas por guantes un arma de fuego. El empleado no opuso resistencia y permitió que se llevara el dinero de la recaudación, que según fuentes de la investigación fue muy poco. El ladrón se marchó sin causar daños y el operario pulsó el botón de alarma silenciosa con el que se avisa en estos casos a las fuerzas de seguridad.
Con una botella
No habían pasado ni cinco minutos cuando, de nuevo, entró un hombre, esta vez a cara descubierta. Le pidió al empleado una botella de plástico para llenarla de gasolina y llevarla hasta su coche. Su voz hizo dudar al dependiente, que optó por continuar la conversación explicándole la situación que acababa de vivir y le avisó de que la Benemérita estaba en camino. El cliente llegó incluso a tranquilizarlo, pero a medida que seguía hablando, el trabajador supo con más certeza que era el hombre que lo había atracado.
Una vez llegaron los agentes, y en presencia del atracador, instaron al empleado a hacer una descripción física del ladrón, a lo que éste respondió que tanto su altura como su complexión coincidían con el cliente que estaba esperando allí, paciente, para intentar comprar su botella de gasolina.
Finalmente el trabajador, por señas, indicó a los agentes que él era el atracador, y procedieron a su identificación y traslado al cuartel. Poco después se encontró en su vehículo el arma, de fogueo, que había utilizado para el cometer el robo.
Las cámaras de seguridad de la estación de servicio filmaron el suceso, aunque sólo con esas imágenes hubiera sido muy difícil identificar al atracador porque iba totalmente tapado. Pudo ser un robo casi perfecto, pero su error fue acudir a atracar una gasolinera sin percatarse de que el coche con el que pretendía huir no llevaba gasolina.
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