Extraído del muro de don Mariano Liendres Marhuenda, maestro de primaria y celebrado redactor de hojas parroquiales. Furibundo detractor de Pepito Illanes.
“Por aquel entonces todos los españoles de bien confiábamos en que Franco viviera eternamente. Con el tiempo, él se encargaría de los niños rebeldes como Pepito. Eran contados, por fortuna, pero poco podíamos hacer con ellos. Creían en Dios má...s que en los curas, en los pobres más que en los bancos, en los jornaleros más que en los señoritos, en los libros más que en los maestros… Siempre con pajaritos en la cabeza y con respuestas para todo. Eran detestables, y Pepito el que más.
Todos sabíamos que nunca llegaría a ser brillante como Eduardito Inda o Alfonsito Rojo, pero confiábamos en que al menos fuera un hombre de provecho y algún día concluyera que los sueños, sueños son, y que más vale pájaro en mano que ciento volando. Pero no, a su edad sigue pensando que el mundo puede cambiarse, escribiendo burradas en Facebook, intentando envenenar al prójimo con sus ideas ponzoñosas, perjudicando al mundo, en una palabra.
“Por aquel entonces todos los españoles de bien confiábamos en que Franco viviera eternamente. Con el tiempo, él se encargaría de los niños rebeldes como Pepito. Eran contados, por fortuna, pero poco podíamos hacer con ellos. Creían en Dios má...s que en los curas, en los pobres más que en los bancos, en los jornaleros más que en los señoritos, en los libros más que en los maestros… Siempre con pajaritos en la cabeza y con respuestas para todo. Eran detestables, y Pepito el que más.
Todos sabíamos que nunca llegaría a ser brillante como Eduardito Inda o Alfonsito Rojo, pero confiábamos en que al menos fuera un hombre de provecho y algún día concluyera que los sueños, sueños son, y que más vale pájaro en mano que ciento volando. Pero no, a su edad sigue pensando que el mundo puede cambiarse, escribiendo burradas en Facebook, intentando envenenar al prójimo con sus ideas ponzoñosas, perjudicando al mundo, en una palabra.
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