En Filipinas, una mujer viralizó una imagen de su hijo en el que se lo veía atado con una correa y comiendo en el piso. "Mi nueva mascota, me hace reir mucho", posteó la joven. Agentes del Departamento de Bienestar Social le sacaron al niño y evalúan los pasos a seguir.
"Mi nueva mascota. Mi hijo está loco, hace todo lo que le digo. ¡Me hace reír mucho!", escribió la madre en su cuenta de Facebook. El mensaje acompañaba las imágenes de un bebé caminando desnudo en un piso repugnante, comiendo de un pote y con una correa atada al cuello.
Los mensajes de repudio contra Ayra de la Cruz Francisco, que vive junto a su marido y su hijo en Orani, provincia de Bataan, en Filipinas, no se hicieron esperar. Ante la ola de indignación, decidió cerrar su perfil. Ingenuamente, creyó que todo terminaría allí. Pero al día siguiente se presentaron en su domicilio agentes del Departamento de Bienestar Social de Filipinas.
Ella suplicó que no se llevaran a su hijo, juró que había sido una broma, que el niño estaba jugando y que no era maltratado. Sin embargo, ninguno de sus argumentos convenció a las autoridades, que decidieron llevárselo al menos por un tiempo, para asegurarse de que no estuviera en peligro. Para ellos está claro que se trata de un caso de abuso infantil. "Aunque se trate de una broma, es algo de muy mal gusto. El bebé no tiene la menor idea de lo que eso significa. Nadie tiene derecho de tratar a un niño como a un juguete", dijo Corazon Soliman, secretaria de Seguridad Social.
El primer paso es hacerle estudios al niño para comprobar su estado general de salud, y verificar así a qué nivel llegaba el maltrato. Al mismo tiempo, padre y madre serán sometidos a un intenso control psicológico, a fin de evaluar si están en condiciones de hacerse cargo de un hijo.
Los mensajes de repudio contra Ayra de la Cruz Francisco, que vive junto a su marido y su hijo en Orani, provincia de Bataan, en Filipinas, no se hicieron esperar. Ante la ola de indignación, decidió cerrar su perfil. Ingenuamente, creyó que todo terminaría allí. Pero al día siguiente se presentaron en su domicilio agentes del Departamento de Bienestar Social de Filipinas.
Ella suplicó que no se llevaran a su hijo, juró que había sido una broma, que el niño estaba jugando y que no era maltratado. Sin embargo, ninguno de sus argumentos convenció a las autoridades, que decidieron llevárselo al menos por un tiempo, para asegurarse de que no estuviera en peligro. Para ellos está claro que se trata de un caso de abuso infantil. "Aunque se trate de una broma, es algo de muy mal gusto. El bebé no tiene la menor idea de lo que eso significa. Nadie tiene derecho de tratar a un niño como a un juguete", dijo Corazon Soliman, secretaria de Seguridad Social.
El primer paso es hacerle estudios al niño para comprobar su estado general de salud, y verificar así a qué nivel llegaba el maltrato. Al mismo tiempo, padre y madre serán sometidos a un intenso control psicológico, a fin de evaluar si están en condiciones de hacerse cargo de un hijo.
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