Francisco Espejo ÁlvarezA Luis le había tentado la bebida, y a partir de ese día; los maltratos se multiplicaron intensamente.
En cierta ocasión llegó azorado a casa y la emprendió a golpes con Lidia nunca supo el porqué.
Agradeció a Dios, que su hermana no se hallará en esos momentos en casa, se levantó penosamente del suelo, notó el sabor de su sangre y corrió hasta el baño. La imagen que le devolvió el espejo no contrastaba con la belleza natural de Lidia, sus labios pequeños y rosados ahora se habían vuelto gruesos y rojizos.
De su comisura brotaban delgadas líneas de sangre, sus ojos verdes oliva, ahora se habían tornado de un vidrioso color oscuro. Las lágrimas brotaron pronto de sus ojos, abrió el grifo del lavabo y comenzó a enjuagar las heridas mientras sollozaba. La idea de abandonarlo rozó tímidamente en su mente y la apartó bruscamente de su imaginación.
Queridos amigos/as os deseo de corazón que pasenunas muy buenas noches, Besos.
