domingo, 5 de octubre de 2014

26º FERIA DEL DISCO


Aunque ahora vivamos en la era del reggaeton y la gente se mueva al ritmo de la batuka, todavía quedan espacios para recordar otras canciones del verano que marcaron la vida de muchas personas. Quién no se acuerda de cuando Eva María se fue buscando el sol en la playa, de los inicios de la música spaguetti, o de ese tal Pérez, que estuvo en Mallorca. Y a qué ventana hay que asomarse ahora para cruzarse con la chica de ayer. Para encontrar cualquier reliquia de este tipo se puede recurrir a las tiendas de compra-venta, a los buscadores y a las descargas a través de Internet. Sin embargo, los más melancólicos pueden rebuscar en el baúl de los recuerdos en que se ha convertido la tienda de Bartolomé Jaén, Amigos del Disco, situada en la calle Diario de Córdoba (nada que ver con este diario), cerca del Ayuntamiento, para buscar la canción en su formato original.
Es el lugar perfecto para el coleccionista que busca vinilos difíciles ya de encontrar en el mercado. Bartolomé lleva ya más de 30 años con este negocio al que, "viene gente de diferentes rincones de la geografía española a la caza y captura de un viejo éxito". En Amigos del Disco el cliente puede encontrar discos de vinilo de todas las épocas y estilos excepto, claro está, los más actuales, entre otras cosas, porque ya no se editan en este formato. En este rincón no hay espacio para lo nuevo de Shakira o Carl Cox, pero sí para la chica yé yé, una copla de los años 60 o los éxitos de grupos más ochenteros como Alaska y El Último de la Fila.
Según Bartolomé Jaén, a pesar de que son discos de vinilo descatalogados, a su tienda acuden personas de todas las edades. Desde personas mayores en busca de un antiguo cantaor flamenco, hasta jóvenes buscando los primeros mixes de Grandmaster Flash, Sugar Hill Gang o los Beatles, que buscan tener en su discografía personal un vinilo de unos "escarabajos" que no psan de moda con el paso del tiempo. "La gente busca cosas muy concretas, una canción determinada", asegura. El dueño de este pequeño museo musical afirma que "me llama gente de toda España para venir hasta aquí por su pieza más deseada".
Si la nostalgia llega incluso a los años 30 y 40, Bartolomé guarda con sumo cuidado discos de pizarra, que eran aquellos que se podían escuchar en los gramófonos. Estos discos, del tamaño de un clásico single, podían contener hasta 5-6 temas y corrían a 33 R.P.M., siendo de una dureza mayor. También se pueden encontrar en su tienda una gran cantidad de antiguos tocadiscos y confiesa que facilita piezas a aquellos clientes que le piden ayuda a la hora de recuperar el sonido de su viejo aparato. La gramola está en marcha.Coleccionista  Bartolomé Jaén, rodeado de vinilos en su tienda Los Amigos del Disco. - Foto:JUAN MANUEL VACAS