El sepulcro del conde Vlad Tepes, también
conocido como Vlad el Empalador o, como se le ubica universalmente, el
Conde Draculea, inspirador de la novela "Drácula", de Bram Stoker, fue
presuntamente hallado por una estudiante escocesa en Nápoles, Italia.
De acuerdo de con el portal español ABC, la lápida hallada data del siglo XV, época que corresponde con los años en los que vivió el sanguinario Vlad Draculea, Príncipe de Valaquia (de 1431 a 1476).
Aunque se afirma que el conde falleció en batalla en Bucarest en 1476, existen otras hipótesis que apuntan a que fue hecho prisionero por los turcos e incluso vivió sus últimos días en Nápoles, lo que reforzaría el supuesto hallazgo de la lápida que, según dijo el experto en historia medieval Raffaello Glinni al diario italiano Il Mattino, está cubierta de símbolos de Transilvania, región rumana en donde nació Vlad en 1431.
"Las esculturas en bajo relieve demuestran un simbolismo evidente. Los dragones hacen referencia al conde y las dos esfinges opuestas representan la ciudad de Tebas, también conocida como Tepes", según señalan los especialistas que trabajan en el hallazgo. Pero lo más sorprendente del caso, de acuerdo con las fuentes de la investigación, es que entre estos símbolos el nombre del "Conde Drácula" está escrito.
Draculea inspiró al escritor irlandés Bram Stoker por la infame reputación con la que pasó a la historia, ya que, de acuerdo con historiadores, fue con el ejercicio del terror que mantuvo a raya a invasores otomanos que amenazaron su país. A pesar de haber recurrido a torturas como la amputación de miembros, estrangulamiento, castración, desollamiento y la posterior exposición de los restos, Vlad es actualmente considerado un héroe nacional en Rumania, ya que fue así como pudo mantener alejados a unos invasores cuyas fuerzas armadas eran superiores.
A la serie de sanguinarios ejercicios que llevó a cabo el conde a lo largo de su hegemonía, se le sumó el factor del mito, que fue enriquecido por la literatura. Se dice que su nivel de sadismo llegó al grado de beber la sangre de sus víctimas en copas mientras comía delante de los empalados.
A partir de la popular novela del autor irlandés, la figura engrosada de "Drácula" ha sido explotada en diversas ocasiones por la literatura, el cine, la televisión y hasta los videojuegos.
De darse los permisos para abrir la lápida y estudiar los restos, los expertos podrán confirmar o desmentir si se trata de Vlad Draculea y, de ser así, separar el mito de la realidad en torno a uno de los condes más sanguinarios que ha registrado la historia.