Ser español no es solo una nacionalidad, es una actitud. Para hacerlo bien hay que tener una serie de valores y virtudes. Dentro de las muchísimas cosas que los españoles hacemos bien, estas son las 10 en las que más destacamos y nadie en el mundo lo puede rebatir.
1. Opinar sin tener ni puta idea. Porque
un español con una cerveza en la mano, y sin ella también, sabe de todo
y punto. De fluctuaciones macroeconómicas sabemos, de los mejores
patinadores rusos de los años 60, también. Es un don que tenemos, una
capacidad innata para
la conversación, sea de la temática que sea y además sustentada en
argumentos tan sólidos como “que me suena a mí” o “hazme caso que sé de
lo que hablo”.
2. La fiesta. Donde sea y cuando sea. Si una semana tiene 7 días un español, si se lo propone, puede salir 8 (9 si además está de Erasmus). Puedes
pensar que en el pueblo más recóndito de la Ucrania profunda, en enero y
a -10 grados C, quizás no haya mucho ajetreo nocturno pero junta a dos
españoles y es muy probable que Paquito El Chocolatero se presente de
sorpresa.
3. Los deportes. Es verdad que la
última vez que tú saliste a correr te diste media vuelta al llegar al
final de la calle por el flato que te entró pero bueno, omitiendo eso,
aunque es verdad que antes no nos comíamos una rosca últimamente las
cosas han cambiado: futbol, tenis, motos, ciclismo, natación… ahora no nos tose nadie.
4. Cocinar. Aunque tú no sepas ni
freír un huevo no todos somos igual de torpes. En general somos unos
fieras de los fogones, la paella, la fabada y la tortilla de patata lo
corroboran. Además quien diga que Arguiñano o Chicote no molan, miente.
5. Tirar cañas y poner tapas. Los
ingleses le ponen empeño con sus pintas y a los alemanes les
reconocemos su mérito por el Oktoberfest pero ellos no tienen ese
elemento que nos lleva a la élite: las tapas. Una jarra helada con su
dosis de espuma exacta acompañada de una tapita es lo que diferencia una
nación amateur de una pro.
6. Votar al partido equivocado. Esto
sí que se nos ha dado de puta madre desde siempre. No acertamos nunca
pero oye, ¿y lo que disfrutamos criticando? Eso no nos lo quita nadie.
Da igual quien gobierne, nosotros vamos a meter caña y acordarnos de sus
familiares siempre, otro bonito virtud que poseemos.
7. Arreglar el mundo. Si es a las
5 de la mañana con una copa aguada en la mano, mucho mejor. Un español
borracho hace mucho por las relaciones internacionales, lo que pasa es
que a la mañana siguiente no se acuerda de esa solución tan cojonuda que
se le ocurrió para solucionar el conflicto Palestino-Israelí. Si el
Secretario General de Naciones Unidas fuera español…
8. Hacernos notar. Nos da igual
el sitio. No importa que sea en el desierto de Atacama o en la calle más
transitada de Pekín, si oyes barullo, gritos, gente dando palmas o
insultándose sin razón aparente, no dudes, hay un grupo de españoles
cerca. Así somos, llevando la Marca España por todo el globo.
9. Decir tacos. ¡Hostia puta en esto también somos la polla! Además tenemos un repertorio de insultos digno de admirar. Un buen me cago en tu prima la coja suena mejor que cualquier fuck o similiar en otros idiomas.
10. Ver el futuro. No hablamos de
adivinar el sorteo del Euromillones porque si no no estaríamos
escribiendo esto. Nos referimos a ese bonito recurso que todo español ha
utilizado alguna vez, el tan odiado “mira que te lo dije” o “eso ya lo
sabía yo”.