Hacer
realidad los más íntimos deseos no sólo hace más excitante el momento
íntimo, también puede lograr insospechados límites del placer, al
convertir los encuentros sexuales en momentos más plenos y
satisfactorios. Conoce algunas fantasías sexuales más recurrentes.
El médico especialista en psiquiatría, psicoterapeuta y sexólogo, Adrián Sapetti, en su libro 'Derecho al goce', enumera los tipos de fantasías sexuales que existen producidas ya sea por el deseo de experimentar nuevas sensaciones, por la necesidad de respuestas o por sacar una conducta reprimida.
Fantasías para excitarse. Este tipo de sueños eróticos nos ayudan a excitarnos y "responden a un placer de tipo narcicístico", pues el único objetivo es el placer propio a través de la imaginación.
Fantasías que suplen carencias. Comunes en personas solteras, maduras, viudas y de la tercera edad de ambos sexos, que viven una existencia un tanto solitaria.
Fantasías como ingrediente sexual. Hay personas que no pueden tener actividad sexual si no encienden sus fantasías a través de material gráfico o audiovisual y otras aderezan el encuentro fantaseando determinadas situaciones, inclusive pensando en otra persona que no es su pareja.
Fantasías compartidas. Se da cuando se comparten los deseos sexuales con la pareja para aumentar la pasión. Recreación de personajes, interpretación de escenas Las fantasías sexuales se usan como un juego.
Fantasías sadomasoquistas: en ciertos casos, aparece la necesidad de lastimar, de infligir castigos, o de ser castigados.
Fantasías para masturbarse. Aquí entra en juego una persona, lugar o situación que nos excita y cuya satisfacción se consigue mediante la masturbación.
Fantasías de prostitución. Pueden llegar a estimular y excitarse, pero también pueden actuar como inhibitorias, por ejemplo "si yo tengo muchos orgasmos: ¿en qué me voy a convertir?"
Fantasías preparatorias. Se dan cuando se tiene una nueva pareja. Hay personas que se obsesionan con ese primer encuentro y el fantasear con él sirve para calmar la angustia o el nerviosismo.
Fantasías de poder: De gran potencia o de dominio sexual. Uno de los miembros de la pareja asume el poder y domina al otro durante los encuentros íntimos.
Fantasías de escenario. Son en las que se busca estar en un lugar exótico, en una playa, en la arena o en el mar.
Fantasía de la mujer que se coloca en actitud de idolatría: Es deseo exclusivo del varón y atribuye al objeto de deseo cualidades casi mágicas.
Fantasías voyeuristas. Imaginan mirar a un varón que se desviste o se masturba o a una pareja haciendo el amor. Una variedad, muy frecuente entre los varones, es querer ver a dos mujeres teniendo relaciones sexuales entre ellas.
Fantasías exhibicionistas. Consisten en mostrar tu cuerpo o los genitales o masturbarse delante aquellas personas que sienten un deseo hacia ti.
Fantasías 'colectivas'. Representan el deseo de intercambio de parejas o de sexo grupal.
Fantasías contexto variado. Las personas imaginan un lugar o situación determinada, por ejemplo, que están en una playa del Caribe o en la plaza.
Fantasías que giran en torno a personas o personajes. En general tienen que ver con varones inaccesibles, como la pareja de las amigas, los compañeros de trabajo o un famoso. Las estadísticas revelan que la mayor parte de las fantasías se dan con personas conocidas o allegadas.
Fantasías que incluyen variantes. La mujer se imagina con dos varones, orgías grupales, uso de objetos y ayudas sexuales (dildos, vibradores, arneses) que no se atrevería a emplear en la práctica, con cambios de roles (por ejemplo que la mujer penetre a su compañero).
Fantasías homosexuales. Hay personas que las utilizan en sus encuentros heterosexuales o en sus actividades masturbatorias.