Los gobiernos de PSOE e IU difieren en cómo abordar la restauración. Hace 2 meses se cayó parte de una terraza durante los trabajos de limpieza
JOSE SIERRA 05/01/2014
El Palacio Ducal de Fernán Núñez parece estar condenado a una lenta,
pero inexorable, agonía desde hace tres décadas al estar apuntalado,
cada vez con más humedades y con el agujero que se acaba de abrir en una
de sus terrazas. Al contrario de lo que ha ocurrido con otros edificios
histórico-artístico de localidades del entorno, este palacio presenta
cada vez un mayor deterioro sin que se haya llegado a materializar
ningún proyecto de restauración, ni de las promesas hechas por algunos
políticos, aprovechando las campañas electorales. A medida que pasa el
tiempo el presupuesto necesario para restaurarlo se va incrementando. Si
hace 15 años se hablaba de 1,2 millones de euros, hace 10 años la Junta
de Andalucía lo elevaba hasta los dos millones y en la actualidad
parece que ya no distaría mucho de los 5 millones. Aunque los gobiernos
de IU y PSOE, que han venido alternándose en el Ayuntamiento,
consiguieron elaborar un plan estratégico de consolidación y puesta en
valor, la forma de llevarlo a la práctica difiere bastante. El PSOE es
partidario de una reforma global o, por lo menos, del arreglo de
cimientos y cubiertas, mientras que IU, actualmente en el gobierno,
prefiere acometer el proyecto por partes, ante la imposibilidad de que
ninguna administración pueda aportar la cantidad necesaria. En este
sentido, el actual equipo de gobierno ha solicitado a Cultura la
rehabilitación de la capilla de Santa Escolástica y de una sala
contigua, proyecto valorado en 500.000 euros y que cuenta con el visto
bueno de la comisión de Patrimonio. El año pasado, además, pintó la
fachada delantera del palacio. Este año quiso hacer lo mismo con la
fachada trasera, pero al tratar de eliminar las humedades se hundió
parte de una de las terrazas, lo que provocó grandes críticas de la
oposición, alegando la escasa cualificación del personal que realizaba
los trabajos. La alcaldesa, Elena Ruiz, defendió la profesionalidad de
sus trabajadores y afirmó que el hundimiento se había producido por la
poca resistencia que tienen los tejados por contar con un solo forjado.