Imagen ilustrativa.
En Nairobi, una mujer intentó cambiar a
su descendiente por 20.000 chelines (230 dólares). El hecho fue
descubierto por una periodista quien denunció la maniobra de la mujer,
quien quedó detenida junto con su hermana.
Incapaz de mantener a sus cuatro niños, una joven
keniana de 20 años decidió deshacerse de su hija de 4 años poniéndola en
venta por 1000 chelines (unos 11,5 dólares) en Facebook. El hecho puede
impactar a más de uno.
La publicación de la venta atrajo la atención de una periodista del diario Nation, Stella Cheronoque, que, de inmediato, se puso en contacto con Agnes Mueni. Tras dos horas de conversaciones quedaron en encontrarse en Siani (un suburbio de Nairobi) para llevar a cabo la transacción, según El Mundo.
Sin embargo, cuando ambos se encontraron en persona, Agnes dijo que no le convenía vender la niña por el precio inicial y empezaron a regatear como si se tratara de una mercancía. Al final acordaron la venta por 20.000 chelines (unos 230 dólares), lo que equivale a dos veces el sueldo mensual promedio en Kenia.
Para no levantar sospechas, las mujeres se desplazaron hasta las afueras del suburbio para cerrar el negocio, donde les esperaba la policía, alertada con anterioridad, para detener a Agnes y a su hermana Lucy.
"No me puedo hacer cargo de la niña y, si tengo la oportunidad de darle una vida mejor, no la dejaré pasar, ya sea con dinero de por medio o sin él", declaró la joven sin ninguna síntoma de arrepentimiento.
Un problema que no tiene solución
El drama de Agnes es un problema cotidiano en Kenia, donde los embarazos no deseados afectan a chicas adolescentes y a mujeres adultas. En los suburbios de Nairobi, por ejemplo, siete de cada ocho mujeres menores de 20 años tienen al menos un hijo y la mitad de ellas son madres solteras. Por si fuera poco, un 20 por ciento ni siquiera sabe quién es el padre.
La publicación de la venta atrajo la atención de una periodista del diario Nation, Stella Cheronoque, que, de inmediato, se puso en contacto con Agnes Mueni. Tras dos horas de conversaciones quedaron en encontrarse en Siani (un suburbio de Nairobi) para llevar a cabo la transacción, según El Mundo.
Sin embargo, cuando ambos se encontraron en persona, Agnes dijo que no le convenía vender la niña por el precio inicial y empezaron a regatear como si se tratara de una mercancía. Al final acordaron la venta por 20.000 chelines (unos 230 dólares), lo que equivale a dos veces el sueldo mensual promedio en Kenia.
Para no levantar sospechas, las mujeres se desplazaron hasta las afueras del suburbio para cerrar el negocio, donde les esperaba la policía, alertada con anterioridad, para detener a Agnes y a su hermana Lucy.
"No me puedo hacer cargo de la niña y, si tengo la oportunidad de darle una vida mejor, no la dejaré pasar, ya sea con dinero de por medio o sin él", declaró la joven sin ninguna síntoma de arrepentimiento.
Un problema que no tiene solución
El drama de Agnes es un problema cotidiano en Kenia, donde los embarazos no deseados afectan a chicas adolescentes y a mujeres adultas. En los suburbios de Nairobi, por ejemplo, siete de cada ocho mujeres menores de 20 años tienen al menos un hijo y la mitad de ellas son madres solteras. Por si fuera poco, un 20 por ciento ni siquiera sabe quién es el padre.