Colocar el monigote en la espalda, pegar una moneda al
suelo, adelantar la hora en los relojes… El día de hoy se presta para
(casi) todo. Elige la broma que más te guste y ¡Feliz Día de los
Inocentes!
Las 15 mejores bromas para el Día de los Santos Inocentes
El monigote en la espalda, la clásica broma del Día de los Santos Inocentes
El Día de los Santos Inocentes cumple este 28 de
diciembre, ni más ni menos, que 2012 años, según la tradición. Y es que,
habría que remontarse a días después del nacimiento de Jesucristo para
saber de dónde proviene esta celebración. Concretamente, al momento en
el que el rey Herodes (de Judea) manda a matar a todos los niños
(inocentes) menores de dos años nacidos en Belén –para deshacerse así
del Niño Jesús y evitar la profecía de los Reyes Magos de que éste sería
«el Rey de los Judíos»–.
Actualmente, este trágico suceso ha dado lugar al día en
el que todas las bromas valen, con el consentimiento, incluso, de los
que no les agrada recibirlas. Los grandes y pequeños comercios se afanan
estos días por llenar sus escaparates con artículos de broma, disfraces
y «trampas» para sorprender a los más impávidos. Si quieres participar
en alguna inocentada o quieres sortearlas, elige, de entre las
siguientes, la que más te motive y cuidado de que no te pillen…
1. Cambio de azúcar por sal
Si hay una broma clásica por excelencia –ya sea 28 de
diciembre o cualquier otro día–, esa es cambiar el contenido del tarro
del azúcar por sal. Una recomendación: esta inocentada es muy
recomendada a la hora del desayuno o si se va a cocinar un plato dulce
y, si se puede, en compañía. La gesticulación tras descubrir el
ingrediente oculto, no tiene precio.
2. Ataque repentino de caspa
Siguiendo con el ingrediente «mágico» de la sal, pon en
práctica lo siguiente: vierte sobre tu cabeza algo de sal, en un sitio
localizado o por todo el casco. Ahora ve a un amigo, un familiar o un
compañero de trabajo y pregúntale si puede distinguir «algo raro en la
cabeza», la expresión al ver tal espectáculo en tu cuero cabelludo, sin
duda, dejará boquiabierto al inocente.
3. Cambiar las horas del reloj
Aprovecha un momento de soledad, descuido o cuando tus
víctimas estén durmiendo. Tendrás dos opciones: adelantar el reloj, y
que todos lleguen antes a sus destinos; o retrasarlo, para que lo hagan
tarde. En cualquier caso, aconsejamos adelantar la hora y restar una
hora de sueño a la víctima; preferible antes que hacerle llegar tarde a
cualquier compromiso, pero, tú decides…
4. El cristal roto
Para esta broma necesitarás una pastilla de jabón o una
tiza de color blanca o gris. Si tu amigo o tu familiar tiene un
establecimiento con una luna de cristal, aprovecha que salga de la
tienda para simular un asalto. Lo podrás llevar a cabo dibujando varias
líneas en el cristal sinuantes que confluyan en un mismo punto, así
parecerá que algún desaprensivo ha apedreado el cristal del negocio.
Nota: calma a tu inocente antes de que pueda llamar al Servicio de
Emergencias por el suceso.
5. El truco de la moneda
Otro clásico en materia de bromas. Pasear por la calle,
encontrar una moneda en suelo –o con suerte un billete– y agacharte a
cogerla, son tres acciones que se realizan casi por defecto. Sin
embargo, esta inofensiva maniobra puede ser causa de burla en un día
como hoy. Sólo tendrás que fijar al suelo alguna moneda o billete y,
seguro, que más de un inocente caerá en la trampa de intentar despegar
el botín de la calzada. Otra opción en este campo, es atar a la moneda o
al billete una cuerda, y en el momento de atraparlo, tirar para que no
pueda cogerlo.
6. Pasta de dientes
Esta inocentada también se podría incluir en el «Top
Five» de las típicas bromas de los Santos Inocentes. Consiste en colocar
un poco de pasta de diente o algún otro ungüento en la cara o en las
manos de la víctima mientras ésta está descuidada o duerme. Al despertar
y mirarse en el espejo, verá como una extraña sustancia ha «aparecido»
en su piel.
7. La aparición del «enano» o del maniquí
Esta «inocentada» se catalogaría entre las más
asustadizas. Es muy sencilla, y puedes ser tú mismo el protagonista o
utilizar un maniquí o un muñeco de dimensiones considerables. Vístete (o
viste al maniquí) con una larga gabardina o una manta, colócate delante
de la puerta (de modo que al abrir no te dé) de la habitación (o del
baño) de la persona a la que quieras sorprender y sitúate de rodillas.
Cuando abra la puerta tu víctima, quédate inmóvil, el susto estará
asegurado. Y es que, las historias de terror llevabas al cine y a la
literatura, además de las experiencias personales que muchos de nuestro
entorno se empeñan en contarnos –en referencia a contacto con el «más
allá»–, han hecho que estemos en «pre-aviso» sobre cualquier ruido,
sombra o sensación que tengamos. Por lo tanto, la aparición de una
figura extraña de imprevisto pondrá los vellos de punta al más valiente.
8. El dedo en la fruta
La siguiente broma es apta para los más arriesgados.
Consiste en convencer al inocente de que si es capaz de adivinar, con
los ojos cerrados, qué parte del cuerpo estamos señalando. Para la
picaresca, previamente, cogeremos un trozo de fruta –una naranja, por
ejemplo–, la cortamos por la mitad y hacemos un agujero en el centro, de
modo que quepa el dedo índice. Así las cosas, una vez que le hayamos
preguntado por zonas del cuerpo fáciles de reconocer, como la boca o una
oreja, introduciremos el dedo dentro de la fruta. Sin duda, la sorpresa
está servida. Y las risas, también.
9. El monigote
Pero si hay una broma tradicional y arraiga en el Día de
los Santos Inocentes es colgar el monigote blanco en la espalda de
nuestra víctima. En un momento de descuido, coloca el papel con una
cinta adhesiva en el abrigo del inocente, así caminará por la ciudad con
el mensaje del día en cuestión. Como opción, podrás incluir algún
mensaje en el típico muñeco.
10. La maleta pesada
Esta obra broma ha sido repetida en mucho de los
programas de bromas que a menudo vemos en televisión. Se trata de
colocar en la calle una maleta muy pesada, ataviarnos como si fuésemos
turistas y confiar en la bondad de algún viandante. Esto es, pediremos a
algún inocente si, por favor, puede transportarnos la maleta. Las risas
brotarán al comprobar que le es imposible trasladar la maleta,
siquiera, cinco metros.
11. Los clásicos asustadores
¡Buh! Escondernos detrás de una puerta, tras una esquina,
con la habitación a oscuras… Todos los rincones y recovecos son útiles
si se consigue al fin asustar a la víctima.
12. Broma telefónica
Es uno de los recursos que más se ha puesto de moda en
los últimos años. Es más, innumerables webs ofrecen este servicio
–previo pago puesto que la petición de broma se realiza a través de un
806…–. Pero si quiere hacerlo de una forma más económica, busque a
alguna persona que su voz no sea reconocida por la víctima y eche a
volar su imaginación. Desde el descubrimiento de una infidelidad hasta
la imposición de una multa de tráfico. Las opciones son múltiples.
13. Artículos de broma
Las tradicionales tiendas de disfraces y golosinas son
las que estos días se visten hasta arriba de artículos para gastar
bromas en el día de hoy. El típico dedo o la tradicional mano falsa que
al estrecharla es arrancada; las bolsas que se colocan en los asientos
simulando flatulencias, excrementos de mentira, etc.
14. El timbre
Es tan sencillo como colocar un palillo de dientes en el
interruptor del timbre de la casa. El ding-dong eterno sacará de quicio a
cualquier inquilino.
15. La puerta
Esta broma sirve, sobre todo, para viviendas en las que
exista una puerta de una vivienda frente a otra; también sirve en
habitaciones de tu propia casa que estén de este modo. Sólo tienes que
atar una cuerda de un pomo a otro, así, ninguno de los que esté dentro
de la habitación podrá salir.
Hasta aquí el listado de inocentadas que podrás hacer el
día de hoy. Cuéntanos, a través de un comentario, cuál ha sido la mejor
broma que te han gastado o que has gastado.