Miquel Ricart
Ricart fue condenado a 170 años de prisión por secuestro,
violación y asesinato cuando tenía 23 años. El asesino de Alcásser ha
salido de la cárcel con 44 años de edad.
Juan Manuel Valentín Tejero
Tejero fue condenado a 50 años de cárcel por la muerte, rapto
y violación de Olga Sangrador, una niña de nueve años. El asesino salió
de la prisión de Herrera de La Mancha el pasado miércoles.
Manuel González González, el loco del chándal
González fue condenado a 169 años de prisión por atacar, con
flechas y navajas, a 16 mujeres, una de las cuales murió. Sin embargo, a
causa de la anulación de la doctrina Parot,
El loco del chándal salió de la prisión de Brians-II de Barcelona el pasado 22 de noviembre.
Pedro Luis Gallego, el violador del ascensor
Gallego fue condenado a 273 años de prisión por dos asesinatos y 18 violaciones. Salió de la prisión el 14 de noviembre.
La derogación de la doctrina Parot ha puesto en libertad, de momento, a cuatro violadores: Manuel González González, el loco del chándal; Juan Manuel Valentín Tejero; Pedro Luis Gallego Fernández, el violador del ascensor y Miguel Ricart, el monstruo de Alcácer.
El secretario general de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses, Antonio Cela, ha declarado en lasprovincias.es que los asesinos y violadores que están siendo excarcelados gracias a la derogación de la doctrina Parot son "irrecuperables" y "delincuentes por convicción".
Criminólogos y psicólogos apuntan, en contra de la opinión
general, que la mayoría de los violadores que salen de prisión no suele
reincidir. Santiago Redondo, autor del primer informe en España sobre la
evolución de los criminales sexuales tras su paso por la cárcel, cifró
el margen de riesgo por debajo del 20%, aunque recordó que "parece más
fácil identificar aquellos casos que probablemente no reincidirán que
aquellos que sí lo harán". No es el caso de Pedro Luis Gallego ni el de Juan Manuel Valentín Tejero.
Cela afirma que los expertos no tienen dudas: "Lo que hacen,
está para ellos muy por encima de los valores que quiebran". Por su
parte, una psicóloga que no puede desvelar su identidad debido a que
sigue trabajando con este tipo de individuos tras las rejas, afirma que
"es como trabajar con una silla o una papelera. Ni estos objetos ni
ellos tienen sentimientos de culpa. (…) Tienen carencia absoluta de
afectividad y no se arrepienten de nada. Son perfiles psicopáticos en los que, además de agresores, son asesinos. Ese plus de violencia les hace sentirse por encima de todo y de todos".
Psicosis en la zona
En Valladolid no se habla de otra cosa desde que Pedro Luis
Gallego Fernández saliera de la prisión de Alcalá Meco. "Sabemos que
está en la ciudad. Y nos sentimos amenazados, sobre todo los que tenemos
hijas", dice el propietario de un mesón situado junto al piso de la
anciana madre del violador. Esa es la dirección postal que el exconvicto
ha comunicado a Instituciones Penitenciarias. En esta semana escasa, decenas de llamadas telefónicas han alertado a los cuerpos policiales de su presencia en cuatro de los barrios más populares de la ciudad. También los vecinos de poblaciones cercanas a Medina del Campo afirman haberle identificado.
Según Las Provincias, el desasosiego se extiende a los jóvenes, que se cruzan mensajes de inquietud en las redes sociales: en Twitter circulan avisos y montajes de fotos
con las varias caras que se le conocen de sus múltiples presencias ante
la justicia. Incluso un retrato-robot de la que parece ser su nueva
identidad. Junto a un rostro y una cabeza completamente rapada puede
leerse: "Atención chicas vallisoletanas. Este es el estado actual del
violador del ascensor. Fijaos bien y difundirla".
Un grupo de universitarias -en ese entorno
también cometió varias agresiones sexuales- ha propuesto que todas las
mujeres de la ciudad se compren un silbato y lo hagan sonar cuando le
vean o crean que le han visto.
"No hay derecho"
Este viernes, en Es la tarde de Dieter, de esRadio, Rosa Folch contó cómo está viviendo la salida de prisión de Miguel Ricart, uno de los asesinos de las niñas de Alcácer,
tras 21 años en prisión. "Lo van a sacar y tenía que haber estado toda
la vida encerrado", ha lamentado Folch antes de denunciar "la vergüenza"
que supone esta situación.
Según ha explicado, siente "impotencia" porque "no hay derecho"
a que "las niñas estén donde están" y "ellos vayan a la calle todos".
"Se ve que ellas no tenían derecho. Los derechos humanos los han tenido
los criminales y violadores", ha insistido.