Los prejuicios de la mujer, siempre presentes. Al hombre, poco le interesa.
Las flatulencias que en ocasiones
despiden las mujeres en los momentos que mantienen relaciones sexuales
tienen su cura. Para eso, deberán poner en forma su zona pélvica y de
esta manera las chicas podrán esquivar ese incómodo instante.
Uno de los momentos más temidos a la hora de
mantener relaciones sexuales es el inoportuno gas vaginal. Ese ruido,
exactamente el mismo que una ventosidad normal, puede estropear ese
instante tan especial.
Según informa el sitio critica.com.pa, las flatulencias vaginales se producen por la entrada de aire en la vagina, que se expulsa durante el contacto sexual, realizando ejercicio físico, la masturbación o unos simples estiramientos.
Las ventosidades, en la mayoría de los casos, se producen por una pérdida de tono muscular en las paredes vaginales. Durante la excitación, la penetración o haciendo ejercicio, los músculos de la vagina se contraen y estiran, lo que facilita la entrada de aire. A diferencia del ano, la vagina no tiene un esfínter para contraerlo e impedir la tan temida ventosidad.
Las flatulencias les sucede con más regularidad a mujeres que hayan tenido muchos partos, o aquellas que perdieron masa muscular por alguna enfermedad o por el paso del tiempo. Se dieron casos en mujeres jóvenes pero no es lo más habitual. La debilidad de la musculatura puede producir una constante contracción y expansión de las paredes vaginales que producen dichas ventosidades.
No hay milagros para este tipo de flatulencia a corto plazo. El truco está en fortalecer la zona pélvica mediante la realización de los famosísimos ejercicios de Kegel. Los beneficios de estos entreamientos son muy numerosos, desde facilitar el parto, la recuperación tras dar a luz, disminuir la incontinencia y aumentar el placer durante las relaciones sexuales.
Según informa el sitio critica.com.pa, las flatulencias vaginales se producen por la entrada de aire en la vagina, que se expulsa durante el contacto sexual, realizando ejercicio físico, la masturbación o unos simples estiramientos.
Las ventosidades, en la mayoría de los casos, se producen por una pérdida de tono muscular en las paredes vaginales. Durante la excitación, la penetración o haciendo ejercicio, los músculos de la vagina se contraen y estiran, lo que facilita la entrada de aire. A diferencia del ano, la vagina no tiene un esfínter para contraerlo e impedir la tan temida ventosidad.
Las flatulencias les sucede con más regularidad a mujeres que hayan tenido muchos partos, o aquellas que perdieron masa muscular por alguna enfermedad o por el paso del tiempo. Se dieron casos en mujeres jóvenes pero no es lo más habitual. La debilidad de la musculatura puede producir una constante contracción y expansión de las paredes vaginales que producen dichas ventosidades.
No hay milagros para este tipo de flatulencia a corto plazo. El truco está en fortalecer la zona pélvica mediante la realización de los famosísimos ejercicios de Kegel. Los beneficios de estos entreamientos son muy numerosos, desde facilitar el parto, la recuperación tras dar a luz, disminuir la incontinencia y aumentar el placer durante las relaciones sexuales.