miércoles, 2 de octubre de 2013

Cruzar en coche La Moraleja sin estar censado se multará con 80 euros

 
Si usted no es vecino de Alcobendas ni sus hijos estudian en uno de los 21 colegios de La Moraleja, su coche no podrá pasar por la urbanización. A partir del 4 de noviembre, el Ayuntamiento de Alcobendas (PP) multará con 80 euros a los vehículos que crucen una de las principales vías de la zona residencial entre las 7.30 y las 9.30 en días laborables. Una cámara leerá las matrículas de todos los coches que circulen en uno de los sentidos del paseo del Conde de los Gaitanes: aquellos que entran por la M-12, una de las autopistas del aeropuerto, hacía la A-1, la de Burgos, para sortear atascos.
“Esa calle tiene una ubicación muy golosa para que la gente ataje”, explica el director de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Alcobendas, José Félix Gómez. Conde de los Gaitanes es uno de los 14 accesos al llamado distrito Urbanizaciones de Alcobendas, donde residen 23.463 personas. Es una calle residencial, con un carril por sentido, en la que no queda hueco para aparcar y con chalets unifamiliares a los lados. Cada mañana se convierte en una ratonera para los coches.
Según las estimaciones municipales, unos 1.250 vehículos la cruzan cada hora entre las 7.30 y las 9.30; es decir, cada tres segundos y medio pasa uno por delante de la puerta de una casa. Son casi el triple de los 500 vehículos que puede soportar la calle sin atascarse, según el responsable de Seguridad Ciudadana. Por comparar: por la salida de Azca a la avenida de Capitán Haya, con cuatro carriles por sentido en Madrid capital, circulan 1.476 vehículos en hora punta, según datos de la web del Ayuntamiento de Madrid. En Alcobendas, una decena de agentes municipales, de los 230 del municipio, intentan controlar el tráfico en La Moraleja.
¿Y quiénes entran por ese acceso de La Moraleja? El Consistorio los divide en tres grupos. Los residentes, las familias que llevan a sus hijos a los colegios de la zona y quienes toman el “atajo” para acceder a los polígonos del otro lado de la A-1 y evitar parte de la atascada autovía de Burgos. Estos últimos, según Gómez, “son los que más corren” en una vía donde la velocidad está limitada por ser zona residencial, de 30 a 50 kilómetros por hora.
La restricción afectará a estos últimos. Suponen entre 200 y 300 vehículos de los 1.250 que pasan cada hora, según el cálculo municipal. Es decir, el programa de multas no reducirá el tráfico lo suficiente para que la vía no se sature, como admite el responsable de Seguridad Ciudadana. “No va a solucionar de manera total el problema”, dice Gómez, “pero esperamos que mejore la movilidad y la calidad de vida de los vecinos”.
Las familias con hijos en los colegios tendrán que darse de alta en el sistema y también tienen paso libre los residentes de Alcobendas, un municipio con 113.160 habitantes, además de motos, autobuses, taxis, ambulancias y demás servicios de emergencias. El programa para darse de alta, que debía estar en marcha desde ayer, se retrasa “un par de días por problemas técnicos”.
El Ayuntamiento de Alcobendas reclama desde hace años, como otros municipios de la zona, la ampliación de capacidad de la autovía de Burgos o el cierre definitivo de la M-50 para aliviar el tráfico. Pero Fomento descartó a principios de septiembre de forma definitiva el carril bus prometido hace ocho años tanto para la A-1 como para la A-5.