Por la erección, no salió a la calle por 8 meses.
Un camionero estadounidense le inició
juicio a un cirujano por negligencia tras recibir un implante de tres
piezas inflables en su pene para resolver sus problemas de "impotencia". Tras la operación, el hombre de 44 años, no pudo subirse a una bicileta y tampoco usar pantalones sueltos. "Tuve que retirarme de la vida pública", dijo.
Un conductor de camiones de Newark, Estados
Unidos, se sometió a una operación en la que un médico urólogo le
implantó tres piezas inflables en su pene: uno en el cuerpo de su
miembro, otro debajo de la pared abdominal y una bomba en el interior
del escroto, según publicó el Daily Mail.
La intervención realizada en 2009 no tuvo el efecto deseado o sí, aunque con algunos problemas que impidieron a Daniel Metzgar realizar su vida y que lo llevaron a acusar al médico por negligencia. El hombre contó, que tras la operación, no podía bailar, ni andar en bicicleta o moto, se alteró su vida familiar por culpa de la posición erecta de su miembro y de la inflamación que tenía en el escroto.
"Con una erección asomando, tuve que retirarme de la vida pública. Ni siquiera usando joggings holgados y camisas largas podía ocultar la situación", contó el afectado al juez. A causa de esto, Metzgar tuvo que volver al quirófano cuatro meses después para retirarle parte del implante. Hasta finales de abril de 2010, el hombre no ha movido el asunto hasta los tribunales.
Un nuevo incidente en su prótesis, después de que uno de las piezas, dañara su escroto mientras estaba de vacaciones con su familia. Tuvo que interrumpir el viaje y regresar a un hospital para ser intervenido nuevamente.
Metzgar, por su parte, tras años de sufrimiento, ha recibido otra prótesis realizada por otro médico. Sin embargo, ha explicado que las complicaciones que tuvo con la primera operación le dejó el miembro un 50% más pequeño y pérdida de la sensibilidad, según indicó telecinco.es.
La intervención realizada en 2009 no tuvo el efecto deseado o sí, aunque con algunos problemas que impidieron a Daniel Metzgar realizar su vida y que lo llevaron a acusar al médico por negligencia. El hombre contó, que tras la operación, no podía bailar, ni andar en bicicleta o moto, se alteró su vida familiar por culpa de la posición erecta de su miembro y de la inflamación que tenía en el escroto.
"Con una erección asomando, tuve que retirarme de la vida pública. Ni siquiera usando joggings holgados y camisas largas podía ocultar la situación", contó el afectado al juez. A causa de esto, Metzgar tuvo que volver al quirófano cuatro meses después para retirarle parte del implante. Hasta finales de abril de 2010, el hombre no ha movido el asunto hasta los tribunales.
Un nuevo incidente en su prótesis, después de que uno de las piezas, dañara su escroto mientras estaba de vacaciones con su familia. Tuvo que interrumpir el viaje y regresar a un hospital para ser intervenido nuevamente.
Metzgar, por su parte, tras años de sufrimiento, ha recibido otra prótesis realizada por otro médico. Sin embargo, ha explicado que las complicaciones que tuvo con la primera operación le dejó el miembro un 50% más pequeño y pérdida de la sensibilidad, según indicó telecinco.es.