sábado, 13 de abril de 2013
!VIVA LA REPUBLICA!
Es de rigor que principie hoy señalando la importancia del lugar en el que estamos, el tributo que la República debe al Ateneo de Madrid. Es por eso la importancia de mantener, de seguir manteniendo, este gran espacio independiente y democrático. Es decir: abierto a los movimientos sociales en su pluralidad. Y en esa labor, yo quiero destacar la aportación de la Tertulia Republicana y de la Agrupación Ateneísta "Juan Negrín", cuyo fin no es otro que aunar y ganar espacios para la República. ¿Hay quien dude del avance que su causa ha dado en este Ateneo, y por reflejo, en la Sociedad? Allá donde se fortalece la Democracia en su sentido real, avanza la República y hay siempre un eco. ¡Siempre!
(HAY QUE HACER OÍR LA VOZ DE LA CIUDADANÍA; ESTAREMOS HASTA QUE SE OIGA LA VOZ DE LA CIUDADANÍA)
Dieciséis de Febrero. Alguien me dijo, hace algún tiempo: "¿Otra vez con otra efeméride, con otra batallita del pasado? ¿Hasta cuándo vais a estar?" Yo quiero aquí responderle: vamos a estar lo que sea necesario; vamos a estar como los hombres y mujeres de Sol, de la Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo. Vamos a estar con ellos. Vamos a estar, hasta que esto lo organice el Estado, las Instituciones. Hasta que lo organice el Gobierno de la República. ¡Hasta entonces vamos a estar! Es Derecho y es Deber de la Ciudadanía tirar de sus organizaciones, de sus estructuras. Hacer oír su voz para que avancen. Tenemos que hacer oír nuestra voz, porque entonces no habrá quien pueda hacernos callar, ni Rey que pueda mandarlo.
(PARA GANAR, REPÚBLICA: MEJOR UNA REPÚBLICA DE MÍNIMOS QUE ESTA MONARQUÍA MÁXIMA)
Conmemoramos, hoy, el triunfo electoral del Frente Popular en la Segunda República. Se ha dicho de él que era un pacto de mínimos. Cierto. Pero de mínimos bajo la bandera gigante de la República, que engrandece. Ya quisiéramos hoy algunos de esos mínimos: Reforma Agraria, protección a la pequeña industria y al pequeño comercio, plan de obras públicas para las industrias fundamentales, hacienda y banca al servicio del empeño de reconstrucción nacional, sometimiento de la banca privada a reglas de ordenación, elevación de las condiciones materiales de los trabajadores sin reparar en cuantos sacrificios hayan de imponerse a todos los privilegios sociales y económicos –estoy citando literal-, potenciación de las instituciones de previsión, seguro y sanidad, enseñanza pública por encima de razones confesionales y de clase social, asegurando el acceso a la enseñanza media y superior a la juventud obrera y sometiendo a la enseñanza privada, en interés de la cultura, a una vigilancia análoga a la de las escuelas públicas. Asimismo, desarrollo en todo su vigor de la legislación autonómica y de una Política Internacional adherida a la Sociedad de Naciones -la ONU de entonces- y respetando la Paz.. ¡Esos son los mínimos de una República digna de tal nombre, como lo fue –y volverá a ser- la española! ¡Así se duplicó en escaños a la Derecha más reaccionaria! Conclusión: para ganar, pidamos República, hagamos República, traigamos República. ¡Para ganar! Es mejor una República de mínimos que esta Monarquía máxima. Porque República es, ni más ni menos, el Derecho de la Ciudadanía a Decidir. ¿Sobre qué? Sobre todo. So-bre to-do.
(REPÚBLICA DE TODOS. LO REPUBLICANO DEBE UNIR, NO SEPARAR)
La República une, no separa. Une lo amplio, lo plural, lo generoso. Divide lo mezquino, lo obtuso y cerril. ¿Cómo ha de dividirnos entonces la federación de todos, la España de todos, la Europa de todos? Supeditemos lo accesorio a lo esencial buscando puntos de acuerdo. Busquemos lo que nos une: la República de Todos. No sólo la nuestra. La República del Pueblo. Porque es ahí y sólo ahí donde el ideal de República de cada uno será posible: en la República de Todos.
(SIEMPRE REPÚBLICA: PARA ASEGURAR LO BUENO Y PARA LUCHAR CONTRA LO MALO)
Resultan, a veces, paradójicas las evasivas que da el Sistema Monárquico para evitar el Debate Republicano, y no debemos entrar bajo ningún concepto en su lógica perversa. Cuando las cosas aparentan ir bien, dicen que no es el momento de abrir el debate, no sea que se estropeen. Cuando ya se constata que van mal, entonces tampoco es el momento de plantear la Opción Republicana, porque las prioridades son, aparentemente, otras: arrimar el hombro, salir de la Crisis, etc. Pues bien: como republicanos, démosle la vuelta a esa razón trucada, y digamos: cuando las cosas vayan bien, República para que vayan mejor. Y cuando vayan mal, para solucionarlas. República para asegurar el Bienestar, y República para luchar contra la Crisis. Pero República siempre, ¡siempre República!
(DEFENDER LA REPÚBLICA ES DEFENDER LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA REPARACIÓN)
Es el momento, ahora, de decir: ¿Cuántos de los hombres y mujeres que hoy homenajeamos siguen en alguna cuneta, o constando oficialmente como bandidos, como bandoleros? ¿Y cuántos de sus verdugos dan todavía nombre a calles de nuestro país? Nosotros sabemos que se han hecho cosas; nosotros no somos injustos. Pero precisamente porque somos justos, señalamos cuánto queda aún por hacer, y hay que movilizar y movilizarse para que se siga haciendo, para tener la completa Verdad, Justicia y Reparación de las víctimas del franquismo. No es posible que lo mejor de España siga bajo tierra, que quienes defendieron la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad sigan en el olvido institucional. Lo siguen porque partes esenciales de nuestro Estado, comenzando por la Jefatura –el Rey- son herencia directa del franquismo. ¿Qué cabe esperar entonces?
Por eso, decimos: defender la República para España, es defender también la Verdad, la Justicia y la Reparación de las Víctimas del franquismo.
(LA BATALLA DE GARZÓN ES TAMBIÉN NUESTRA BATALLA)
Y cabe aquí señalar un nombre propio, sin miedo, con todas las letras: Baltasar Garzón. El juez Garzón. Porque a nosotros, a efectos prácticos, no nos interesa quien fue, o lo que fue. Nos interesa lo que es: una víctima del franquismo; un juez procesado por querer investigar el franquismo, y si no lo defendemos, si nosotros no lo defendemos, a ver quién va a atreverse luego a seguir investigando. ¡Esa es la cuestión! Y también, que nosotros no dejamos en la cuneta a ninguna víctima del franquismo. ¡A ninguna! Nosotros somos los de Pandols y los de Gandesa y ahí, con Garzón, se está dando una batalla importante, y nosotros no rehuimos las batallas.
(DEFENDER LA REPÚBLICA ES DEFENDER LA SOBERANÍA NACIONAL Y ES DEFENDER LA EUROPA DE LOS CIUDADANOS)
Hemos dicho, y es verdad, que en España yace bajo tierra lo mejor de España; que ha sido víctima lo mejor de España. Restituirlo es también un deber de patriotismo. Porque los republicanos somos, por historia y por acción, patriotas. Ese patriotismo del Pueblo que decía Machado. El de Azaña, el de Pasionaria, el de Durruti, el de Negrín. Que es internacionalista y es el verdadero.
Ha venido ahora frau Merkel para enseñarnos normalidad europea. Pero la normalidad, en Europa, pasa por que a los fascistas se les condene y a los demócratas se les reconozca. Y pasa por que a países que fueron víctimas del nazismo, la Cancillería alemana les pida perdón. Y a España –que fue víctima, y de las primeras, del nazismo- frau Merkel aún no le ha pedido perdón, aún no nos lo ha pedido. Y me consta que se le ha instado. Me consta.
Nos ha puesto, eso sí, deberes económicos y sociales. Sería menester recordarle, como republicanos, lo que dijo el Dr. Negrín, Presidente del Gobierno de la República en resistencia contra los nazis y los fascistas: "El Pueblo Español no se deja imponer voluntades extrañas", dijo Negrín. Y no es que ahora frau Merkel venga con Stukas y con Panzers. Pero hoy, como ayer, defender la República es defender la Independencia nacional, la Independencia de España. Es decir, la Soberanía Popular.
Porque como republicanos, somos federalistas y creemos sinceramente en la fraternidad de los pueblos. Pero en lo que no creemos es en los conciliábulos de unos plutócratas, ni en la Dictadura de los mercados y las multinacionales. Nosotros creemos en la Europa de las Personas, que cimienta en la Soberanía y en la Dignidad de los Pueblos.
(LA SALIDA SOCIAL A LA CRISIS SE LLAMA III REPÚBLICA. FEDERAL, LAICA, PARTICIPATIVA Y SOLIDARIA)
Yo no quiero entrar aquí a enjuiciar la labor de los empresarios, la del Gobierno y menos aún la de los sindicatos. A mí no me gusta la crítica fácil, la crítica por la crítica. Yo sé que los sindicatos, que UGT y Comisiones, que son, junto a otros, sindicatos de clase, sindicatos nuestros, han estado en una posición muy difícil, lo han tenido muy difícil por las reglas del juego. Y por las mismas, yo debo conceder que el Gobierno también, y los pequeños y medianos autónomos, a quienes el republicanismo debe históricamente respetar, y respetamos. Pero entonces, ¿es que no había –no hay- más solución para nadie, y así son las cosas, las reglas del juego y el tablero, y más no cabe?
Nosotros, como republicanos, no podemos aceptar eso, y decimos que existe salida social a la crisis, que hay salida social a la crisis, y es precisamente la que pasa por la República, por un modelo de Estado y Sociedad republicanos.
Porque si el problema –lo estamos viendo- es que este tablero de juego (el de la Monarquía) y sus reglas, ya no dan para más, lo que corresponde hacer, lo que cumple hacer, es un nuevo tablero, más grande, mejor, y con reglas más justas. Y ese nuevo marco, que puede y debe ser referente de todas las alternativas sociales a la crisis, se llama Constitución Republicana, se llama República y se llama III República. ¡Así se llama la salida social a la crisis! Republica federal, participativa, laica y solidaria.
(NO QUEREMOS LA MONARQÍA Y NO QUEREMOS, EN ESPECIAL, ESTA MONARQUÍA DE RAÍZ FRANQUISTA: QUE SE VAYA)
Porque, a todo esto, ¿qué dice o hace el Rey? El Rey no dice ni hace nada, y cuando hace, es siempre a favor de los mismos, de los multimillonarios, de los poderosos, como él lo es. Buen Jefe de Estado éste al que pagamos todos y cuya mayor virtud –a decir de algunos- es no meterse en nada, pero cuando lo hace, es siempre para ayudar a los mismos. ¡Tener un Jefe de Estado para eso!
Hay quien piensa, definiéndose incluso teóricamente republicano, que no hay que tocar al Rey. Yo creo que hay que tocarle. Y mucho. ¿Qué aberración es esa de una Jefatura de Estado vitalicia y hereditaria como si fuese un cortijo y nosotros, súbditos, las reses? ¿Qué es eso?
Y dicen también algunos –yo lo respeto- que la cuestión de la Monarquía no es lo esencial, y no empieza la República por ahí. Yo no sé si empieza o termina, pero sí sé que no hay República con Rey, y puestos a elegir, prefiero que mañana mismo ya no lo haya, como el 14 de abril, y después ya veremos. Porque como republicanos, no tenemos, no podemos tener, miedo a ese supuesto vacío con el que asustan, y que nosotros podemos llenar, sabremos llenar, con organización republicana, con participación democrática, con Ciudadanía, con Pueblo. Ved Egipto. Allí no han tenido miedo al día después de derribar al autócrata. Probablemente, no estaban todos de acuerdo en qué hacer, en cómo seguir. Pero sí estaban todos de acuerdo en algo esencial: "¡que se vaya!" Y así cayó un reinado de treinta años. ¿No debería también uno de treinta y seis? Que se vaya. También sabiendo lo que no se quiere, poniéndose en común sobre ello, es posible avanzar. Y lo que no quieren -lo que no queremos- los republicanos, es la Monarquía.
He afirmado alguna vez, y aquí lo repito bien alto, que es mil veces preferible una República que nazca imperfecta, a esta perfecta Monarquía. Porque la República ya iremos mejorándola, pero a la Monarquía no la toca ni dios. Y hablando de dios (y cuánto se podría aquí contar, con más tiempo, de la alianza entre trono y altar y contra la educación laica, contra el Estado Laico) cabe decir, hay que decir, que al igual que a Pío XII lo han bautizado, con pruebas irrefutables, como "el Papa de Hitler", este Rey es, ante Dios y ante la Historia, el Rey de Franco. ¡El Rey de Franco! El del asesino puesto por Hitler y Mussolini. ¡Ése es!
(ESTAMOS EN MARCHA Y VAMOS A TRAER LA REPÚBLICA)
Pero la Historia está siempre en marcha, siempre, siempre. Ya sea en estallidos visibles o en corrientes subterráneas, avanza siempre. Estamos viendo en países no muy distantes cómo sale a luz la historia, como el Pueblo sale a luz. Y aunque después, como reacción (también en la II República pasó), se intente reconducir el Proceso -la corriente- para secarla y hasta parezca a veces que se seca, ya nada vuelve a ser igual, ya nada vuelve. Y sigue mientras el agua su curso inexorable.
Así, afirmamos que en España la Historia se ha puesto en marcha; que las asociaciones, las plataformas, los clubes y agrupaciones, se han puesto en marcha ; que partidos y grande partidos se han puesto, y van a ponerse más, y sindicatos. Que en España el Pueblo se ha puesto en marcha y vamos a traer la Tercera.
¡VIVA LA REPÚBLICA! ¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA LA DIGNIDAD