VIO LA LUZ. La mujer disfruta de su "segunda vida".
La "milagrosa" mujer tuvo un ataque
cardíaco y estuvo tres días en coma inducido. Al ver que no reaccionaba,
los médicos le quitaron el respirador artificial. Cuando todos
presumían que sería el final de su vida, la paciente abrió los ojos.
De vuelta de un día de compras con su hija Maxine, Carol Brothers de Eaterto se
desplomó en el patio de su casa. Maxine y un vecino le administraron
primeros auxilios, mientras veían cómo su rostro iba cambiando de color.
Los paramédicos llegaron y trataron de reanimarla, devolviéndole el
pulso después de 45 minutos.
Con señales de vida, la trasladaron en helicóptero a la unidad de cuidados intensivos del Royal United Hospital, pero después de tres días, con mínima actividad cerebral, decidieron quitarle la respiración asistida. “Los doctores dijeron que se iría rápidamente”, dijo su hija. “Pero entonces abrió los ojos y regresó a la vida, por lo que trataron de reanimarla y la salvaron.”
Carol Brothers figuró entre los obituarios de la iglesia de Market Lavington, pero ahora tendrán que explicarle a los vecinos que la señora volvió a la vida milagrosamente, sin que los médicos puedan dar cuenta del proceso.
Carol, por otra parte, no recuerda nada: “Me preocupaba que todos los médicos me dijeran "¿cómo está nuestra chica milagrosa?"… Estaba comenzando a molestarme porque nadie me decía nada”.
Con señales de vida, la trasladaron en helicóptero a la unidad de cuidados intensivos del Royal United Hospital, pero después de tres días, con mínima actividad cerebral, decidieron quitarle la respiración asistida. “Los doctores dijeron que se iría rápidamente”, dijo su hija. “Pero entonces abrió los ojos y regresó a la vida, por lo que trataron de reanimarla y la salvaron.”
Carol Brothers figuró entre los obituarios de la iglesia de Market Lavington, pero ahora tendrán que explicarle a los vecinos que la señora volvió a la vida milagrosamente, sin que los médicos puedan dar cuenta del proceso.
Carol, por otra parte, no recuerda nada: “Me preocupaba que todos los médicos me dijeran "¿cómo está nuestra chica milagrosa?"… Estaba comenzando a molestarme porque nadie me decía nada”.