El chino se la pasa todo el día enfrente de la pantalla.
El joven solo sale para bañarse y
comprar comida. Sus necesidades las realiza en el baño del
establecimiento e incluso duerme en el escritorio que ocupa todo el día.
Ni siquiera en año nuevo dejó de jugar.
Tanto el dueño del establecimiento como otros clientes declararon que Li no
abandonaba nunca el café internet, sólo se retiraba para bañarse y tal
vez para comprar alguna ración de comida rápida, el muchacho defecaba en
el baño del establecimiento e incluso dormía en el escritorio que
ocupaba todo el día.
Ni siquiera durante celebraciones importantes como la de año nuevo, se veía dejar de jugar a Li.
De hecho todos confiesan que ya ni si quiera se percataban de su existencia, era tan común verle ahí como un mueble, totalmente sumergido en los videojuegos que casi no daba señal de vida.
Un reportero del diario “Beijing Times”, decidió hacerle una entrevista al enloquecido gamer, pero cuando llegó al lugar el joven jamás apartó la vista de la computadora y se mostró renuente a contestar ampliamente.
Lo único que Li quiso comentar fue que jugar en línea le produce ganancias mensuales por unos 320 dólares, mientras que la “renta” mensual de la computadora le cuesta unos 80 dólares.
Es importante mencionar que los jugadores profesionales chinos se ganan la vida gracias a la obtención de bonos virtuales que luego venden a gamers europeos o norteamericanos.
Por su parte las autoridades chinas consideran la adicción a internet y a los videojuegos como un trastorno mental desde 2008. De hecho existen cientos de centros de rehabilitación especializados en adictos a los videojuegos, en donde al menos hasta 2009 los pacientes eran tratados con electrochoques.
Ni siquiera durante celebraciones importantes como la de año nuevo, se veía dejar de jugar a Li.
De hecho todos confiesan que ya ni si quiera se percataban de su existencia, era tan común verle ahí como un mueble, totalmente sumergido en los videojuegos que casi no daba señal de vida.
Un reportero del diario “Beijing Times”, decidió hacerle una entrevista al enloquecido gamer, pero cuando llegó al lugar el joven jamás apartó la vista de la computadora y se mostró renuente a contestar ampliamente.
Lo único que Li quiso comentar fue que jugar en línea le produce ganancias mensuales por unos 320 dólares, mientras que la “renta” mensual de la computadora le cuesta unos 80 dólares.
Es importante mencionar que los jugadores profesionales chinos se ganan la vida gracias a la obtención de bonos virtuales que luego venden a gamers europeos o norteamericanos.
Por su parte las autoridades chinas consideran la adicción a internet y a los videojuegos como un trastorno mental desde 2008. De hecho existen cientos de centros de rehabilitación especializados en adictos a los videojuegos, en donde al menos hasta 2009 los pacientes eran tratados con electrochoques.