golpe de estado de 1981 se encuentra estrechamente relacionado con los acontecimientos vividos durante la Transición Española. Cuatro elementos generaron una tensión permanente, que el gobierno de UCD no logró contener: los problemas derivados de la crisis económica, las dificultades para articular una nueva organización territorial del Estado, las acciones terroristas protagonizadas por ETA y la resistencia de ciertos sectores del ejército a aceptar un sistema democrático.
[editar] Operación Galaxia
Los primeros síntomas de malestar en el ejército tuvieron lugar en abril de 1977, cuando con motivo de la legalización del PCE, el día 9 de ese mismo mes, Sábado Santo, dimitió el almirante Pita da Veiga, ministro de Marina, y el Consejo Superior del Ejército emitió una nota en la que manifestaba su disconformidad con dicha legalización, aunque la acatase. En noviembre de 1978 tuvo lugar la desarticulación de la Operación Galaxia, una intentona golpista por la cual su principal responsable, Antonio Tejero, fue condenado a siete meses de prisión.[editar] Crisis
Mientras crece la voluntad golpista en sectores del ejército y de la extrema derecha, el gobierno progresa en el inicio de la década hacia una profunda crisis, que durante 1980 se volverá cada vez más insostenible. Entre los principales acontecimientos destacan la dimisión del ministro de Cultura, Manuel Clavero, el 15 de enero, la remodelación del gobierno el 3 de mayo, la moción de censura presentada contra Adolfo Suárez por parte del PSOE los días 28-30 de mayo, la dimisión el 22 de julio del vicepresidente del Gobierno, Fernando Abril Martorell, que produce una nueva remodelación en septiembre, y la elección en octubre de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón como portavoz del grupo parlamentario centrista, candidato alternativo al oficial (Santiago Rodríguez-Miranda) promovido por Suárez.[editar] Dimisión de Suárez
La debilidad creciente de Suárez en el seno de su propio partido propicia la presentación de su dimisión como presidente del Gobierno y de UCD el 29 de enero de 1981, en una intervención televisiva, tras la cual los acontecimientos se precipitaron. El 1 de febrero, el Colectivo "Almendros" publica en El Alcázar un artículo claramente golpista; del 2 al 4 de febrero, los reyes viajan al País Vasco y visitan la Casa de Juntas de Guernica, donde los diputados de Herri Batasuna les reciben con un fuerte abucheo y varios incidentes, y el 6 de febrero aparece asesinado el ingeniero de la central nuclear de Lemóniz, José María Ryan, secuestrado unos días antes, mientras se sigue sin noticias de otro industrial secuestrado, Luis Suñer.En medio de este tenso clima, se ponen en marcha los procesos de sustitución de Suárez. Entre los días 6 y 9 de febrero tiene también lugar el II Congreso de UCD en Mallorca, donde el partido aparece descompuesto y es elegido como presidente Agustín Rodríguez Sahagún, y el día 10, Leopoldo Calvo-Sotelo es nombrado candidato a presidente del Gobierno.
[editar] Artículo de Emilio Romero
El periodista Emilio Romero Gómez publicó días antes del golpe un artículo en el diario ABC en el que criticaba duramente al dimitido Adolfo Suárez, defendía la necesidad de 'un golpe de timón' y proponía al general (posteriormente implicado en el golpe) Alfonso Armada como posible candidato a Presidente del Gobierno.[4] [5][editar] Sesión de investidura
En este enrarecido escenario, el día 18, Calvo-Sotelo presentaba su gobierno, pero en la votación del día 20 no obtuvo la mayoría necesaria para la investidura, por lo que debía producirse una nueva votación el día 23, día que elegirían los golpistas para su tentativa de golpe de Estado. Una tentativa en la que iban a confluir las voluntades de un golpe duro, promovido por el capitán general Jaime Milans del Bosch y uno blando promovido por el general Alfonso Armada, en aquel momento hombre de confianza del Rey.[editar] El asalto al Congreso de los Diputados
En el golpe del día 23 coinciden las distintas tramas golpistas que operaban desde el inicio de la Transición, mediante una acción coordinada. A las seis en punto de la tarde empieza la votación nominal para la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como Presidente del Gobierno de España. A las 18:22 horas, cuando iba a emitir su voto el diputado socialista Manuel Núñez Encabo, se inicia la operación "Duque de Ahumada", en referencia al fundador de la Guardia Civil. Según el plan trazado, un grupo de guardias civiles, subfusil en mano, irrumpió en el hemiciclo del Congreso de los Diputados encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero. Éste, desde la tribuna, gritó "¡Quieto todo el mundo!" (Sic) y dio orden de que todos se tirasen al suelo.Como militar de más alta graduación allí presente y como vicepresidente del gobierno, el teniente general Gutiérrez Mellado se levantó, se dirigió al teniente coronel Tejero y le ordenó que se pusiera firme y le entregase el arma. Tras un brevísimo forcejeo y para reafirmar su orden, Tejero efectuó un disparo que fue seguido por unas ráfagas de los subfusiles de los asaltantes. Sin inmutarse, con los brazos en jarras, el anciano general permaneció indiferente al sonido de las armas. Mientras la mayor parte de los diputados obedeció las órdenes de Tejero, el diputado Carrillo y el presidente Suárez se mantuvieron sentados en sus escaños. Suárez incluso hizo ademán de ayudar a Gutiérrez Mellado. Durante el asalto, un ayudante de uno de los diputados sufrió un ataque de ansiedad y golpeó a un presente en la nariz.
[editar] Grabado en directo
Pedro Francisco Martín, operador de Televisión Española, grabó más de media hora del momento, aportando al mundo un documento audiovisual de valor incalculable sobre la tentativa de golpe de estado. Con la toma del Hemiciclo y el secuestro de los poderes ejecutivo y legislativo, se intentaba conseguir el llamado "vacío de poder", sobre el cual se pretendía generar un nuevo poder político. Más tarde, cinco de los diputados fueron separados del resto: el aún presidente del Gobierno, Adolfo Suárez González, el ministro de Defensa y presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún, el líder de la oposición, el socialista Felipe González Márquez, el segundo en la lista del PSOE, Alfonso Guerra, y el líder del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo. Aquella noche es recordada como "la noche de los transistores", debido a que la Cadena SER siguió emitiendo y una buena parte de la población la pasó pegada a la radio siguiendo los acontecimientos.[editar] Sublevación en Valencia
Poco después y siguiendo el plan previsto, se sublevó en Valencia el Capitán General de la III Región Militar, Jaime Milans del Bosch, quien desplegó la División Acorazada "Maestrazgo", con 1.800 efectivos y 40 tanques a las calles, desde el puerto de Valencia hasta el centro de la ciudad, donde apuntaban a los edificios institucionales, como el Ayuntamiento o las Cortes valencianas. Declaró el Estado de excepción e intentó convencer a otros militares de secundar la acción. En aquella noche la ciudad estaba rodeada de militares con blindados y otros camiones del ejército que habían salido de las bases de Bétera y Paterna. Una columna blindada se dirigía a la base aérea de Manises para convencer a su comandante de que se sumase al golpe, pero este no lo hizo, amenazando incluso con desplegar dos aeronaves con misiles contra los tanques, optando estos por regresar.[editar] Capitanías indecisas
Cerca de dos horas después del asalto del Teniente coronel Tejero al Parlamento, Juan García Carrés le transmitió lo siguiente:- la IIª Región Militar (Sevilla, Capitán General Pedro Merry Gordon),
- la IIIª (Valencia, Jaime Milans del Bosch),
- la IVª (Barcelona, Pascual Galmes) y la
- Vª (Zaragoza, Elícegui Prieto),
La Capitanía General de Zaragoza, bajo el mando del Teniente general Elícegui Prieto adquiere una importancia especial porque ese día se encontraban en la capital maña varias unidades de la División Acorazada Brunete realizando prácticas de tiro. Pero ninguno de estos capitanes generales apoyaría firmemente el golpe. El único Capitán general que se sublevó fue Jaime Milans del Bosch, quien sacó 1.800 hombres y 40 tanques a las calles de Valencia.
[editar] Gobierno provisional de subsecretarios
A las nueve de la noche, un comunicado del Ministerio del Interior informaba de la constitución de un gobierno provisional con los subsecretarios de todos los ministerios, presidido por Francisco Laína director de la Seguridad del Estado, para asegurar la gobernación del Estado y en estrecho contacto con la Junta de Jefes de Estado Mayor. Entretanto, otro general golpista, Torres Rojas, fracasaba en su intento de suplantar en el mando de la División Acorazada Brunete al general Juste, jefe de la misma, abortándose la pretensión de ocupar los puntos estratégicos de la capital, entre ellos la sede de Radio y Televisión, y la difusión de un comunicado relatando el éxito del golpe.[editar] Negativa del rey
La negativa del rey a apoyar el golpe permitió abortarlo a lo largo de la noche. El propio monarca (en tanto Sabino Fernández Campo y Alfonso Armada Comín jugaban al gato y al ratón) se aseguró mediante gestiones personales y de sus colaboradores la fidelidad de los mandos militares, aunque algunas fueran ambiguas como por ejemplo la respuesta del capitán general de Baleares Manuel De La Torre Pascual (amigo personal de Pedro Mas Oliver, teniente coronel ayudante de campo de Milans del Bosch) al presidente del entonces ente balear pre-autonómico (CGI) Jeronimo Alberti: Estamos atentos pero tranquilos, aunque dispuestos a sacar las tropas a la calle, si la situación lo requiere. También destacó la actitud del presidente de la Generalidad de Cataluña, Jordi Pujol, quien poco antes de las diez de la noche transmitía a toda España por las emisoras de Radio Nacional y Radio Exterior una alocución donde llamaba a la tranquilidad. Hasta la una de la noche tuvieron lugar gestiones desde el Hotel Palace, en los alrededores del Congreso, lugar elegido como centro de operaciones por el general Aramburu Topete, entonces director general de la Guardia Civil (teniendo bajo sus órdenes directas a mandos del Cuerpo, como el coronel jefe de Madrid Constantino Gómez González) y el general Sáenz de Santa María, a su vez director general de la Policía Nacional.El monarca también contó con la ayuda de Sabino Fernández Campo, en aquel momento secretario general de la Casa del Rey, y que ayudó al rey realizando llamadas a diversos sectores militares como capitanías generales, estado mayor, etc.
[editar] La actitud de Armada
Por allí también deambuló el general Alfonso Armada, parte del plan golpista, quien pretendía sibilinamente, simulando negociar con los asaltantes, proponerse como solución de compromiso. Su secreto plan de golpe emulando al general francés De Gaulle, fracasa al negarse Tejero a que presidiera un gobierno del que también formarían parte socialistas y comunistas. Más tarde, descubiertos sus planes, sería relevado de su puesto de Segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército por su implicación en la trama golpista.A la medianoche, Alfonso Armada se presentó en el Congreso con un doble objetivo: convencer al teniente coronel Tejero para que depusiera su actitud y asumir él mismo el papel de jefe del Gobierno a las órdenes del Rey, en actitud claramente anticonstitucional. Pero Armada, siendo la "autoridad competente" esperada por Tejero no le propone una junta militar presidida por Milans, o un gobierno en el que Milans fuera ministro de defensa, sino una lista de políticos de todos los partidos, con Felipe González como vicepresidente para Asuntos Políticos, los socialistas Gregorio Peces-Barba (Justicia), Enrique Múgica (Sanidad), y Javier Solana (Transportes) y entre los representantes del Partido Comunista a Jordi Solé Tura en Trabajo y a Ramón Tamames en Economía, que formarían un gobierno de concentración presidido por él. En este gobierno estarían también presentes: el aliancista Manuel Fraga (Defensa), los centristas Pío Cabanillas (Hacienda), José Luis Álvarez (Obras Públicas), Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (Educación), y Agustín Rodríguez Sahagún (Industria); el presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat (Comercio), el director de la Agencia EFE, Luis María Ansón (Información), el abogado Antonio Garrigues Walker (Cultura), el banquero José María López de Letona (Vicepresidente para Asuntos Económicos), José María de Areilza (Asuntos Exteriores), y dos militares: el general José Antonio Sáenz de Santamaría (Autonomías) y el general Manuel Saavedra Palmeiro (Interior).[6]
"Yo no he asaltado el Congreso para esto" le respondió airadamente Tejero. Tras una agria discusión, el teniente coronel despachó violentamente al general Armada sin dejar que se dirigiera a los diputados. Perdida toda opción sobre su "solución", Armada salió del palacio de las cortes refiriéndose a Tejero: "este hombre está completamente loco".
No hay comentarios:
Publicar un comentario