El féretro de la mujer mono, una figura fuera de lo común.
Así fue exhibida por ferias en EE.UU,
Canadá y Europa, el cuerpo de una indígena mexicana famosa en el siglo
XIX. Sufría de hipertricosis, un mal que hace crecer gran cantidad de
vello grueso por todo el cuerpo, agravado por una prominente mandíbula y
otras deformaciones físicas.
Los restos embalsamados de Julia Pastrana, conocida en el siglo XIX como la “mujer mono”,
llegaron ayer al noroeste de México, tras una larga lucha por la
dignificación de su persona emprendida por la investigadora mexicana Laura Anderson.
El cuerpo de esta mujer indígena, que nació en 1834 en el estado mexicano de Sinaloa con una deformación genética, llegó este martes procedente de Noruega en un féretro blanco al aeropuerto internacional de Culiacán, donde fue recibido por las autoridades locales.
Se prevé que el cuerpo, embalsamado tras su muerte en 1860 y exhibido durante más de un siglo en Europa, sea enterrado mañana con un huipil bordado con el nombre de Pastrana y cabellos de mujeres indígenas mexicanas.
Pastrana, exhibida en ferias en EU, Canadá y Europa como la mujer más de fea del mundo, padecía de hipertricosis, un mal que hace crecer gran cantidad de vello grueso por todo el cuerpo, agravado por una prominente mandíbula y otras deformaciones físicas que marcaron su existencia.
La investigadora Anderson destacó que la repatriación de Pastrana pone fin a un esfuerzo que comenzó en 2004 por la dignificación de una artista talentosa que cantaba en inglés, español y francés. "Julia tenía una voz mezzosoprano, tocaba la guitarra y era bailarina. Se le conocía por su amor al prójimo y por su generosidad a proyectos de beneficencia", señala en su página web la artista, quien obtuvo el apoyo de Sinaloa para lograr la repatriación de los restos.
La directora del Instituto Sinaloense de Cultura, María Luisa Miranta, dijo que el entierro de Pastrana en su estado natal "pondrá fin a un ciclo de vejaciones y de burla" que sufrió por su aspecto físico, pero cuya trayectoria profesional fue desconocida.
El cuerpo de esta mujer indígena, que nació en 1834 en el estado mexicano de Sinaloa con una deformación genética, llegó este martes procedente de Noruega en un féretro blanco al aeropuerto internacional de Culiacán, donde fue recibido por las autoridades locales.
Se prevé que el cuerpo, embalsamado tras su muerte en 1860 y exhibido durante más de un siglo en Europa, sea enterrado mañana con un huipil bordado con el nombre de Pastrana y cabellos de mujeres indígenas mexicanas.
Pastrana, exhibida en ferias en EU, Canadá y Europa como la mujer más de fea del mundo, padecía de hipertricosis, un mal que hace crecer gran cantidad de vello grueso por todo el cuerpo, agravado por una prominente mandíbula y otras deformaciones físicas que marcaron su existencia.
La investigadora Anderson destacó que la repatriación de Pastrana pone fin a un esfuerzo que comenzó en 2004 por la dignificación de una artista talentosa que cantaba en inglés, español y francés. "Julia tenía una voz mezzosoprano, tocaba la guitarra y era bailarina. Se le conocía por su amor al prójimo y por su generosidad a proyectos de beneficencia", señala en su página web la artista, quien obtuvo el apoyo de Sinaloa para lograr la repatriación de los restos.
La directora del Instituto Sinaloense de Cultura, María Luisa Miranta, dijo que el entierro de Pastrana en su estado natal "pondrá fin a un ciclo de vejaciones y de burla" que sufrió por su aspecto físico, pero cuya trayectoria profesional fue desconocida.