El cuarto conde de Fernán Núñez, Pedro
Gutiérrez de los Ríos y Zapata, se casó con su prima Ana Francisca de los
Ríos y Alsacia, hija de los marqueses de los Ríos, don Francisco Gutiérrez
de los Ríos de la Tour y Taxis y doña Ana de Alsacia. El padre de Ana Francisca,
fue uno de los principales nobles aliados del Archiduque Carlos en su lucha por
el trono de la corona española, tanto que le otorgó el título de Marqués de
los Ríos y se trasladó con su familia a la corte de Bruselas. Contrasta este
hecho con sus familiares los Gutiérrez de los Ríos de Fernán Núñez que siempre
mostraron su afinidad por Felipe V.
Al parecer se limaron asperezas entre las dos
familias ya que el primer Marqués de los Ríos fue criado como un hijo más por su
tío, el tercer conde de Fernán Núñez, Francisco de los Ríos, y consintió la boda
de sobrina y su primogénito.
Doña Ana Francisca pasó gran parte de su vida
en Fernán Núñez mientras su marido se dedicaba a su profesión de Capitán
General. Este falleció en 1734, sin embargo ella tuvo una vida muy longeva y
sobrevivió a su cuñado José Diego (fallecido en 1749) que sería quinto
conde de Fernán Núñez tras la muerte de su marido y a la mujer de este, la
condesa viuda Carlota Rohán y Chabot (fallecida en 1750). Los hijos de
estos dos últimos, Carlos José, futuro sexto conde y Escolástica, futura duquesa
de Béjar, quedan bajo la tutela de Ana Francisca de los Ríos y Alsacia,
permaneciendo en la villa hasta pasar los lutos por la muerte de sus padres. Los
niños eran menores y hasta 1767 no heredaron los estados, mientras Fernando VI
designó a Francisco de Cepeda como gobernador de los estados de Fernán
Núñez.
Ana Francisca de los Ríos mantuvo relaciones
estrechas con Pedro de Luque Granados, una de las personas que más
influyeron en la construcción del nuevo templo de Santa Marina de Aguas Santas y
con la familia de los Villafranca, hidalgos que llegaron a Fernán Núñez y
que prestaron servicio como administradores, caballerizos de la casa condal y
presbíteros en la iglesia de Santa Marina desde la época del tercer conde.
Llegaron a contar con gran prestigio en la villa y aún conservan hoy capilla
propia en la iglesia de Santa Marina, llamada de San Francisco, así como
sepulturas destacadas en el cementerio municipal y su escudo en una casa
solariega de nuestro pueblo.
Escudo de los Villafranca en la calle Doctor Berral |
El 30 de junio de 1752, fallece doña Ana
Francisca y el concejo de la villa, dispone los lutos y los sufragios
pertinentes en honor a los beneficios aportados a este pueblo, como las partidas
de dinero para la finalización de la construcción de la iglesia de Santa Marina
de Aguas Santas o la restauración de la capilla de la Veracruz. Sobre esta
última apenas hay datos, pero sí de la primera: el 23 de julio de 1735 ella
aporta 8000 reales que faltaban para el importe acordado por su marido, el
cuarto conde y con el dinero se concluyó la obra de la Iglesia Mayor de Fernán
Núñez, aunque con modificaciones. El concejo acuerda que la fiesta religiosa que
anualmente sufragaba la condesa viuda, en honor a Santa Marina el 18 de julio,
se celebrase en adelante con cargo a los fondos del común. En el Archivo
Parroquial se conserva el siguiente documento:
En la Villa de Fernán Núñez, en treinta días del mes de Junio del año de mil setecientos cincuenta y dos, murió, habiendo recibido los Santos Sacramentos, la Excma. Señora Doña Ana Francisca Josefa de los Ríos y Alsacia, Condesa viuda que fue de esta Villa, mujer del Excmo. Señor Don Pedro José Gutiérrez de los Ríos y Córdoba, Conde de dicho título, Grande de España de Primera Clase, General de la Real Armada del Mar Océano y Ejército de su Majestad, Clavero del Castillo y Sacro Convento de Calatrava, Dignidad de la Orden y Comendador de ella, Camarera que fue, dicha Excma. Señora de la Reina nuestra Señora, y en el día primero de Julio de este dicho añose enterró Su Excelencia en la Capilla Mayor de la Iglesia Parroquial de esta dicha villa, al lado del Evangelio, con entierro solemne de tres nocturnos, asistencia de todo el clero, música y doble general de campanas, habiendo precedido la recomendación solemne y después novenario en los días siguientes, con la misma solemnidad y asistencia. Y no habiendo podido testar su S.E., se dió poder para ello a Don Pedro de Villafranca, presbítero, su capellán, vecino de esta Villa, a los once días del referido mes de Junio de dicho año, ante Alonso José de Espinosa, escribano público del número de ella, en cuya virtud, el expresado don Pedro de Villafranca, otorgó su testamento a los catorce días del mes de Octubre de este dicho año, ante el referido escribano, por el cual dispuso se dijesen por el alma de S. E. mil misas rezadas, u limosna de cada una dos reales y medio de vellón, la cuarta parte de estas misas para la Parroquia y, de las foráneas, cincuenta para Don Antonio de Villafranca, presbítero, secretario del Secreto del Santo Tribunal de la Inquisición, de la ciudad de Córdoba, otras cincuenta para el Rvdo. Padre Fray Juan de Montes de Oca, y otras cincuenta para el Revdo. Padre Fray Miguel Díaz, ambos del Orden de la Santísima Trinidad, Redentores calzados, conventuales del de la Rambla, capellanes que fueron de S. E. y las demás para los eclesiásticos seculares o regulares que dispusieren sus albaceas. Y que se diese limosna de quince reales de vellón para la cera del Santísimo Sacramento, ocho reales para Redención de Cautivos, otros ocho para los Santos Lugares de Jerusalén y, a las demás obras pías y mandas acostumbradas, cuatro reales de cada una. Nombró por albaceas al Excmo. Sr. Don Francisco Gutiérrez de la Tour y Taxis y a la Excma. Sra. Doña Ana de Alsacia, Marqueses de los Ríos, padres de dicha Excma. Señora, al Eminentísimo Sr. Cardenal de Bussu, arzobispo de Malinas, su tío, a la Excma. Señora Doña María Francisca de Silva Hurtado de Mendoza Sandoval de la Baga y Luna, duquesa del Infantado, Pastrana y Lerma, marquesa de Santillana, su sobrina, al Sr. Don Francisco de los Ríos, su hermano, Coronel Comandante del Regimiento de los Ríos, en servicio de sus Majestades Imperiales, y al dicho Don Pedro de Villafranca. Se nombró, asimismo, por albaceas al Dr. Don Pedro de Luque Granado, Vicario de la Iglesia de esta villa y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, a Don Juan y Don Pedro Baena y Luque, curas de dichas Iglesias, y al referido Don Antonio de Villafranca, y por herederos a los Excmos. Señores Marqueses de los Ríos, padres de dicha Excma. Señora, arriba expresados, residentes en Bruselas, corte de Flandes.
Firma de Alonso de Espinosa, escribano de la villa de Fernán Núñez. Archivo Histórico Provincial de Córdoba |
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