Gina era adicta al "porno".
Vivía en el zoológico de Sevilla,
España, y cuando le pusieron un televisor para estimularla
psicológicamente, siempre elegía el canal XXX. Los cuidadores se
quedaron perplejos al constatar la adicción del animal por las películas
sexuales.
Gina era una chimpancé que vivía en un
zoológico de Sevilla, España. El lugar donde residía contaba con dos
secciones: una al aire libre para que pudiera jugar y la otra cerrada
con calefacción para que no pasara frío.
Estimulada por los cuidadores para que no tuviera una vida sedentaria, le activaron una televisión y le dieron el control remoto. A los pocos días no paraba de mirar pornografía.
Como los chimpancés tienen una vida interior muy intensa los cuidadores tienen que estimularlos física y psicológicamente a través de hormigueros artificiales, juguetes e inventos que los obligan a estar activos.
Según explica un periodista de El Mundo, decidieron instalar una TV y darle el mando a Gina para que pudiera controlar lo que veía. En cuestión de días no solo había, sola, aprendido a usar el control, sino que siempre elegía el canal XXX.
Estimulada por los cuidadores para que no tuviera una vida sedentaria, le activaron una televisión y le dieron el control remoto. A los pocos días no paraba de mirar pornografía.
Como los chimpancés tienen una vida interior muy intensa los cuidadores tienen que estimularlos física y psicológicamente a través de hormigueros artificiales, juguetes e inventos que los obligan a estar activos.
Según explica un periodista de El Mundo, decidieron instalar una TV y darle el mando a Gina para que pudiera controlar lo que veía. En cuestión de días no solo había, sola, aprendido a usar el control, sino que siempre elegía el canal XXX.