La ofrenda de la hija del difunto.
Un yanqui de 88 años falleció y
tuvo el funeral de sus sueños. La familia decidió enterrarlo con varias
bolsas de ese alimento que tanto le gustaba. El cortejo fúnebre incluyó
una pasada por el servicio para autos de una conocida casa de comidas
rápidas y fue despedido por los empleados del lugar.
David Kime, un yanqui de 88 años oriundo de
Pensilvania, adoraba tanto la comida chatarra que sus familiares
decidieron despedirlo de una poco tradicional manera tras su
fallecimiento.
Kime, que “vivió de acuerdo con sus propias reglas”, según reconocieron sus familiares, fue enterrado el pasado sábado con 40 bolsas de hamburguesas que, cuidadosamente, los deudos colocaron en el féretro.
El cortejo fúnebre tuvo en su recorrido una insólita parada: el servicio en auto de una conocida casa de comidas rápidas, donde la gerente del lugar, Margaret Hess, y los empleados despidieron con gran congoja a un fiel cliente.
Según publica el diario The York Daily, la hija del difunto, Linda Phiel, señaló que colocar hamburguesas en su féretro fue una forma alegre de honrar a su padre y las cosas que le causaron gozo.
Kime, que “vivió de acuerdo con sus propias reglas”, según reconocieron sus familiares, fue enterrado el pasado sábado con 40 bolsas de hamburguesas que, cuidadosamente, los deudos colocaron en el féretro.
El cortejo fúnebre tuvo en su recorrido una insólita parada: el servicio en auto de una conocida casa de comidas rápidas, donde la gerente del lugar, Margaret Hess, y los empleados despidieron con gran congoja a un fiel cliente.
Según publica el diario The York Daily, la hija del difunto, Linda Phiel, señaló que colocar hamburguesas en su féretro fue una forma alegre de honrar a su padre y las cosas que le causaron gozo.