sábado, 22 de diciembre de 2012

Cómo nos castigaban en los 70 y 80





























Y llegamos al tema espinoso de los castigos, aquellas acciones crueles de nuestros profesores y padres para llevarnos por el buen camino. Algunas eran unas simples reprimendas, otras tratar que, de vergüenza, te retractes y otras eran realmente duras. Temíamos ser castigados y no siempre entendíamos por qué lo hacían, el caso es que siempre tenían alguna excusa…

Luego es cierto que tampoco nos premiaban tanto cuando nos portábamos bien. Con eso de que era nuestro deber… El caso es que casi siempre salíamos escaldados. Hay muchos tipos de castigo pero en aquellos años los que decidían cual era el conveniente en cada momento eran los profes y los padres. Ellos tenían el poder.

En clase:


Orejas de burro




En el manual del perfecto profesor aparecía este castigo como aplicable cuando un alumno no se sabía la lección, algo tan habitual y común que debía tener auténticos sacos llenos de orejas de burro para poner a casi toda la clase. Luego estaba la variación del cucurucho de cartulina.
GRADO DE CRUELDAD: Medio-bajo. Era más el ridículo que otra cosa. Si el alumno además de no saberse la lección era el graciosito de clase era su momento para seguir con el show.

Contra la pared




Era una variación de las orejas de burro, aunque en este caso era la decisión del profe para separar del resto de la clase al alborotador, tratando de humillarlo poniéndole de espaldas a todos.
GRADO DE CRUELDAD: Medio-bajo, aunque depende de la persona y de la edad. A los muy pequeños no se les puede hacer eso ya que puede traumatizarles al verse separado del grupo. El graciosito podía seguir con el show.

Sujetando libros




¡Pero bueno! ¿Qué clase de tortura medieval era ésta? Trabajos forzados a un niño. Aplicable si el alumno se porta mal, no se sabe la lección y el profe es un tirano.
GRADO DE CRUELDAD: Alto, ya que no provoca vergüenza ni da lugar a la reflexión, aquí es castigo físico. Aquí no se reía ni el graciosito de clase.

Copiar 100 veces




Un clásico de los castigos para aprender la lección, y uno de los favoritos de los profesores. A la mínima te hacían repetir una palabra bien escrita o una frase imperativa. Por cierto ¿Hacíais las 100 veces? ¿Estáis seguros de que luego se iban a poner a contar a ver si había 90 para volver a castigarte?
GRADO DE CRUELDAD: Bajo aunque, eso sí, era muy aburrido.

Reglazo




La reacción más desesperada de los profesores, directamente el castigo físico. Aquí no había medias tintas. Si tenías suerte el reglazo era en la palma de la mano, pero como el profesor se viniese arriba podía hacer la versión 2, esto es junta las yemas de los dedos. La madre que….
GRADO DE CRUELDAD: Alto tirando a denunciable. Aquello era maltrato y no hay más que hablar.

Sin recreo




Este era el peor de todos. ver como tus compañeros salen a tropel gritando, después de horas de clase aburridas y quedarte solo en el aula era terrible.
GRADO DE CRUELDAD: Alto, muy alto, profe, anda que no lo volveré a hacer…

En casa


Sin postre




No fallaba; el día que tu madre hacía postre casero, ese día había verduras o pescado. Y claro había que comer todo porque si no estaba esa frasecita tan temida…
GRADO DE CRUELDAD: Depende del postre. Si directamente te mandaban al cuarto ni tan mal, pero si tenías que ver como acababan de comer podía ser duro… ¡Y encima tenías las verduras para cenar!

Sin tele




Esto venía si te habías portado mal. Por ejemplo: viendo que no tenías postre y te quedaban las verduras para la cena un ligero movimiento de manos había hecho caer el plato al suelo. Pues bien, esa tarde la tele no se encendía y punto.
GRADO DE CRUELDAD: Bajo, aunque dependiendo del grado de enganche del niño, cosa que puede venirle bien aunque no lo crea.

Sin jugar




Una variante del castigo sin recreo del profe que consistía en no pasártelo bien. Podías estar en tu cuarto rodeado de juguetes pero sin coger ni uno. Luego estaba la variante Sin salir, porque claro en la calle podía jugar… Lo tenían todo muy bien pensado.
GRADO DE CRUELDAD: Medio tirando a alto. Obligarle a un niño que no juegue puede llegar a ser terrible.

Hacer tareas de la casa




Esto no tengo claro que sea un castigo o un deber, aunque es cierto que lo utilizaban a modo de castigo. Si hacías algo mal a barrer, a pasar la aspiradora, a recoger tu cuarto… Eso siempre lo hacía mamá. Se portaría fatal siempre….
GRADO DE CRUELDAD: Bajo tirando a nulo. Eso quizás sea educación más que otra cosa.