La emocion primera ( Diario Córdoba - 15/10/2012 )
Recibo
una invitación para asistir a una jornada sobre la buena práctica de la
lactancia materna. No conocía el Centro Cívico de Poniente, así que me
dirijo, interesado hacia allí y, para iniciar, interviene una enfermera
del Hospital de Montilla hablando sobre la importancia de la primera
toma. La escucho atentamente: "Como todo en la vida, la primera
impresión cuenta mucho, y el instante mágico en el que recibimos a
nuestros hijos debería ser íntimo, inolvidable, sagrado. Hay un tipo de
parto medicalizado, intervenido, pero afortunadamente las cosas van
cambiando. Pertenezco al sector sanitario, soy enfermera de maternidad y
pediatría, pero fundamentalmente soy madre. Una mamá con dos
experiencias muy distintas: mi primer hijo, Miguel, nació por cesárea,
una cesárea innecesaria que acabó en una separación madre-hijo y una
lactancia difícil, corta y no satisfactoria. Sin embargo la vida me dio
otra oportunidad, me preparé, me informé y tuve a Alvaro en un largo
pero inmensamente feliz parto natural. Sin preparaciones, tomando mi
leche desde el primer instante de vida hasta pasados tres años. La
diferencia es significativa, tanto para la madre como para el recién
nacido. Por eso os decía que para comenzar bien hay que empezar por el
principio, porque la buena impronta es la que cuenta."
Las
dos compañeras que intervienen a continuación, así como el pediatra del
centro de salud Lucano inciden en la necesidad de hospitales
respetuosos con el parto, el nacimiento y la lactancia, y en el enorme
soporte emocional que supone el personal sanitario.
Porque
en el acto libremente elegido de amamantar a un hijo --si ello es
posible-- la madre no solo está dando los beneficios que ello produce,
que son todos, sino que en ese dar y darse la madre transmite, en toda
su pureza, esa cultura esencial en la que anidan todos los sentimientos,
la emoción íntima y perdurable que recibimos por vías sanguíneas y
mamarias.
*Profesor de Literatura