sábado, 14 de julio de 2012

Dos presos destriparon a un pedófilo

Los dos hombres asesinaron a sangre fría a otro que había violado a una nena de 13 años.
Los dos hombres asesinaron a sangre fría a otro que había violado a una nena de 13 años.
Un tribunal de Newcastle, Reino Unido condenó a dos reos a cadena perpetua por matar e intentar comerse a un compañero de prisión. Los dos hombres llevaron hasta su celda a su víctima, donde le clavaron una lapicera en un ojo y luego le sacaron los intestinos con la intención de ingerirlos.
El tribunal definió lo ocurrido como un "asesinato de una inusual brutalidad"  y condenó a prisión perpetua a Michael Parr y Nathan Mann, publicó el Daily Mail.
Los dos hombres asesinaron a sangre fría a Mitchell Harrison, un preso de 23 años que fue condenado por violar a una niña de 13 años.
Durante el proceso a Nathan Mann lo describieron como un "psicópata clásico, frío, cruel y homicida". Este preso confesó que había fantaseado con su compañero Michael Parr con matar y comerse el hígado de la víctima.
Ambos escogieron a su víctima porque les parecía arrogante.
El 1 de octubre de 2011, los dos presos atrajeron a Mitchell Harrison a la celda que compartían y mientras uno trataba de estrangularlo, el otro le encajó un bolígrafo en un ojo.
Después con un arma hecha con cubiertos de plástico y hojas de afeitar lo abrieron y le sacaron parte del intestino, aunque después se arrepintieron de comérselo, porque "eran incapaces".
Los oficiales de prisión encontraron al pedófilo tendido en la cama.
Parr había sido condenado por intentar matar a un paciente de un hospital psiquiátrico, mientras que Mann ya estaba condenado a cadena perpetua con un mínimo de 24 años por el asesinato de dos mujeres de 72 y 56 años en un hogar de ancianos en Leicestershire, en 2010.
Parr y Mann declararon a la policía después del asesinato de Mitchell Harrison que estaban "entusiasmados" porque ambos compartían un interés común.
La investigación reveló la existencia de notas escritas por Mann en las que decía "no soportar las voces en su cabeza y la idea de que alguien iba a matarlo".
Parr fue sentenciado a cadena perpetua con un mínimo a cumplir de 32 años y Mann a cadena perpetua con un mínimo de 16 años que se suman a su condena actual.